Cuando lo veía declarando en el juzgado, pelo medio tintado, brazos descarnados, dificultades de oído, barbilla temblona, catarro pertinaz, balbuceos, incoherencias, me daba usted pena, la verdad y le auguraba un futuro negro y escaso. Sí, pero…
Acaba de estar con Nieves Herrero muy recuperado, repartiendo estopa y diciendo que, de haber sabido las consecuencias, le habría gustado robar 80.000 euros más. Y le pide perdón a su mujer por el daño que le hizo ¿Y la Pantoja qué? ¿Es que acaso Isabel, que era una cantante famosa y adinerada cuando se enamoró de usted, ha estado estos dos últimos años refocilándose en Saint-Tropez como nuestra buena amiga Lomana, un beso, Carmen? Yo sospecho que usted, o ha mejorado de repente, o no estaba tan enfermo y ambas posibilidades me llenan de alegría y lo traigo a este chiringuito de verano para celebrarlo, venga, unas cañitas.