Isabel y Francisco. La Pantoja y Paquirri. Cuando se vieron por primera vez, fue el choque de dos meteoritos, la bomba de neutrones. Fue en la habitación número 123 del hotel Jerez, los presentó el fotorreportero Manolo Gallardo en 1980. “Cuando la vi se me quitó el ‘sentío”, dijo él, y ella: “Se me paró el corazón”. Y es que se reconocieron como almas gemelas, porque ambos eran supervivientes de una existencia sin infancia: Isabel empezó a cantar a los siete años y a Paquirri niño, el día que no toreaba, su padre le pegaba una paliza, según nos contó un pariente suyo en ‘La máquina de la verdad’ que le dedicamos en 2007, tan fuerte que hoy no podría emitirse. Los dos eran de familias muy humildes que depositaron sus esperanzas en esos dos vástagos para que, cada uno en lo suyo, fueran los mejores.