Letizia pasará a la historia como la reina feminista

La reina feminista. Así la llaman en la prensa internacional, y con este nombre Letizia pasará a la historia. La reina Cristina, la mujer de Alfonso XII, fue “doña Virtudes”, Victoria Eugenia, la de Alfonso XIII, “la extranjera”. Sofía será “la sufridora” para siempre, pero Letizia se ha ganado el apelativo de feminista a los ojos al menos de la revista monárquica Point de Vue, “La reina feminista trabaja al servicio de otras mujeres” señala, mientas la revista alemana Gala cuenta que Letizia no permite gestos machistas en su presencia “hasta el punto de que en un viaje a Nueva York pidió que no le dieran dos besos, sino que la saludaran estrechándole la mano, como hacen los hombres”. De ahí el tremendo disgusto que se llevó Letizia cuando vio la foto de Rubiales a su lado hace un par de semanas, en el estadio de Sídney, después de que las jugadoras españolas ganaran el mundial. ¡Mientras ella saltaba alborozadamente, él se tocaba los huevos hablando en plata! No se enteró de esa imagen y su repercusión en las redes hasta que abrió su Ipad en el avión privado que la traía a España y el disgusto todavía fue mayor al ver al presidente de la federación de fútbol dándole un beso forzado a Jennifer Hermoso justo al lado de su hija Sofía, que recibió así en vivo y en directo su primera lección de feminismo.

Un tema sobre el que Letizia está muy sensibilizada y sobre el que tiene las ideas muy claras. No solo porque su madre y su abuela eran independientes y autónomas, sino porque se ha curtido en el ejercicio diario de una profesión, el periodismo, en la que muchas veces es difícil separar los gestos de acoso de la simple camaradería entre compañeros. Ella lo vivió, que yo sepa, por lo menos una vez.

Me contó un amigo común que una tarde había ido con ella a tomar café a casa de un importante periodista con mando en una televisión. Y que este le había insinuado que si era “buena” con él tendría un puesto en el nuevo programa que estaban preparando. Letizia se levantó airadamente y en la calle le dijo, furiosa, al amigo, “es asqueroso todo lo que tenemos que soportar las mujeres”. Uno de los temas que quiso dejar muy claro cuando Felipe le hizo su propuesta de matrimonio fue que ella no iba a ser como su madre. Que el comportamiento de su padre era detestable, que no entendía como su madre lo había aguantado y que ella, a la primera infidelidad, cogía la puerta y se largaba. Después vino el mítico “déjame hablar” de la petición de mano que tantas críticas le valió, pero no por eso ha dejado de manifestar su apoyo a la causa de sus congéneres. Desde pequeños gestos, como esa respuesta simpática en los primeros tiempos de ‘Sálvame’, cuando la reportera Adriana Abenia le preguntó si cuando viajaba le dejaba túpers de comida hechos a su marido, “pues la verdad es que no, que se los prepare él”, hasta despejar su agenda el 8 de marzo, día de la mujer trabajadora. O comprar libros de temática feminista en la Feria del Libro, llevar un vestido del modisto Ulises Mérida confeccionado por mujeres procedentes de la prostitución, que sus viajes internacionales sean de cooperación “feminista”, como los define oficialmente su equipo, o su implicación pública en las jornadas contra la trata y la violencia de género. Y no solo pública.

La revista Vanity Fair contó la preocupación de la reina durante la pandemia por las víctimas que tenían que convivir con sus agresores y sus llamadas constantes a las entidades comprometidas en estos casos para saber de qué forma podía aportar su ayuda. También quiso dejar muy claro al lado de quién estaba cuando el Observatorio contra la violencia doméstica y de género le concedió un premio en el año 2019. Después de mencionar los “escasos recursos” de los que disponen y después de dar el mérito a las diferentes entidades implicadas, terminó con voz temblorosa y emocionada recordando a las mujeres asesinadas por sus parejas, 52 solo en ese año.

No hay ni una sola intervención pública de la reina en la que no deje patente el valor del feminismo y la importancia de los gestos, pero, aun así, me desmienten de manera categórica que haya presionado para lograr la dimisión de Rubiales el pasado domingo, como se ha llegado a decir. Por mucho que su actuación le haya parecido inadmisible, pero no porque lo haya hecho delante de ella como reina, sino porque tales comportamientos le parecen nefastos. Como dijo frente a Michelle Obama en 2016 “el acceso a la salud, la educación, la justicia y la cultura de todas las mujeres sin excepción son palabras mayores que a veces empiezan con gestos muy pequeños”. ¿Si Felipe es feminista? La familia real holandesa viajó hace poco al Caribe, donde le regalaron a Máxima un tarro de una crema exfoliante artesanal para el rostro. Su marido preguntó qué era aquello y la reina holandesa le contentó con una punta de humor “no te hagas el tonto ¿cómo no vas a saber lo que es una crema exfoliante teniendo cuatro mujeres en casa?” Pues remedando a Máxima podemos decir ¿cómo no va a ser feminista nuestro rey teniendo tres mujeres, más su madre, en casa?