Isabel Sartorius y ¡César Alierta! Los amigos de Zaragoza, donde su padre fue alcalde y tiene incluso una calle, no salen de su asombro: “En su vida solo ha habido una mujer, la suya… Sus últimos años fueron durísimos, porque tenía una enfermedad degenarativa y él la cuidó abnegadamente”.
Los presuntos nuevos novios se conocieron en un viaje solidario (atención, hermanas, una oenegé se revela como el mejor lugar para encontrar pareja), “porque César no va a fiestas, sus únicas devociones son el Real Zaragoza y el Papa”. Al papa Francisco lo conoce desde que fue cardenal en Buenos Aires, donde entablaron una estrecha amistad, “lo visita mensualmente, es su director espiritual y, como todo se lo consulta, seguro que le ha hablado de Isabel”. Y el Papa debe conocerla, porque sabemos por la prensa argentina que lee revistas del corazón por aquello de que “nada humano me es ajeno”. Holi, Papa.