Ahora voy a hablar, sorpresa, ¡de Julio Iglesias! Conoció a María Edite en el verano de 1975 en la sala de fiestas Las Vegas de Sant Feliu de Guíxols, donde ambos actuaban. Ella era virgen, y él se la llevó un mes a la casa donde vivía con sus músicos.
Posesivo y celoso, solo la dejaba salir para ir a actuar. La chica se enteró de que su novio estaba casado cuando Isabel Preysler fue a visitarlo. Se puso a llorar, quiso dejarlo y olvidarse de él, pero ya era tarde. Una bailarina del grupo le comentó: “Portuguesiña, tienes la cara de color verde, ¿no estarás embarazada?”. La chica se asustó y la compañera, de más edad, le aconsejó: “Vete a la farmacia a hacerte la prueba de la rana”. Cuando supo que el resultado, dio positivo, Julio ya se había marchado y no pudo decirle nada.
Ahora se ha vuelto a reavivar la historia, recordemos que hay una fabulosa herencia en juego. Aunque tendrá sus dificultades legales repartirla: pocos saben que Julio, como Miguel Bosé, tiene la nacionalidad panameña, que le fue concedida de un día para otro por su gran amigo Omar Torrijos, entonces presidente del país.