Esta cronista ha mantenido varios desencuentros con doña Pilar. Cuando trabajaba con Luis del Olmo, me llegó la noticia –de muy buena fuente– de que doña Pilar –ya viuda–, salía con un importante hombre de negocios. Alguien llamó por teléfono y me cayó una bronca considerable.
Después, cuando escribí la biografía de su madre, ‘María la Brava’, se quejó a su hermano y pretendió que la prohibiera, a lo que don Juan Carlos se negó: “No ha mentido…”.
Y también, hace pocos meses, cuando publiqué que Cristina e Iñaki estaban al borde del divorcio, un periodista la convenció de que dijera en televisión que era mentira, cuando minutos antes había confesado que no tenía ni idea de la vida de su sobrina, porque no la veía nunca ni hablaba con ella, con lo que también se viene abajo la leyenda de que amparaba a Cristina e Iñaki.
A pesar de todo, he admirado su energía, su capacidad de resistencia ante los embates de la vida, su estoicismo, su generosidad a la hora de defender las causas en las que creía, lo que la quieren sus hijos… Cuando Pilar se encuentre en los espacios siderales con su adorado padre, podrá cuadrarse como un soldadito valiente, joven de nuevo con su chaqueta de amazona, para decirle: “Papá, deber cumplido”.