Pilar Eyre

Pilar Eyre

Federico y Mary
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"Federico de Dinamarca sabe que es Rey gracias a Mary Donaldson"

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Pilar Eyre

Periodista y escritora

Mary se ha sabido ganar el amor de su pueblo por su forma de afrontar las dificultades de su matrimonio. Tras las fotos con Genoveva, ella le perdonó a cambio de que accedieran al trono

Mary Donaldson. Hace cinco meses que es reina de Dinamarca y ya se comporta como si llevara cincuenta años. Lo que antes eran humildes reverencias hasta los pies delante de las testas coronadas ahora son simpáticos y efusivos abrazos entre iguales, donde antes estaba la princesa de sonrisa tímida, siempre en segundo plano, ahora vemos el aplomo y la seguridad en sí misma de quien se sabe importante. Su físico también ha cambiado, aquel pelo tan oscuro, con algunas canas, copiado de Letizia, se ha aclarado con unas mechas alrededor del rostro que la rejuvenecen y quitan dramatismo. Hace unos años se operó las orejas y posteriormente se ha puesto carillas en los dientes para tener una sonrisa más fotogénica, ha cambiado la forma de sus cejas y su manera de maquillarse, más alegre y moderna. Y aquella forma de vestir algo provinciana se ha tornado en un empaque y una majestuosidad que la convierten, según dice la prensa internacional, en la reina más elegante de Europa, con permiso de Letizia, que últimamente opta por un perfil bajo.

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Sus amigas ‘royals’

Es en los viajes de estado donde la nueva Mary se muestra en todo su esplendor. En Suecia, donde fue recibida por la princesa Victoria con grandes muestras de afecto, llevó durante el día el broche Connaught, con uno de los zafiros más bellos del mundo, y de noche la deslumbrante corona de rubíes que había sido de Desirée, la amante de Napoleón. A continuación, y coincidiendo con su vigésimo aniversario de boda, visitó Noruega, la heredera Mette-Marit también es amiga suya, una de las mejores. Mary la ha ayudado mucho en su enfermedad degenerativa y durante la pandemia las tres mujeres, Victoria de Suecia, Mette-Marit y Mary, establecían semanalmente comunicación por FaceTime para afrontar juntas la difícil situación por la que pasaban sus países y coordinar sus acciones. Cuando se vieron Mette y Mary en Oslo se unieron en un cálido abrazo que parecía no terminar nunca, aunque, eso sí, la noruega le hizo primero una profunda reverencia que Mary aceptó con naturalidad, no en vano una es reina y la otra ‘solo’ princesa heredera. En Noruega la mariposa Mary desplegó sus alas en toda su amplitud. Fue como si el tapón de una botella de champagne saltara por los aires y dejara libre el preciado líquido. Un líquido muy caro. La corona que se puso en la cena de gala y que llevaba por primera vez, la Pearl Poire, con 18 perlas en forma de lágrima, tiene un valor incalculable, y los vestidos de Birgitt Hallstein que suele lucir no bajan de 50.000 euros, aunque sí es cierto que los usa varias veces.

“Corre, Mary, corre”

Pero en Noruega también hubo espacio para la comunicación por la naturaleza y la preocupación ecológica. Ambas parejas se vistieron con pantalones cargo, cogieron mochilas, calzaron botas de montaña y en un modesto ferrocarril fueron de excursión a la reserva natural de Ulsrudvannet entre risas, buena comida y espontaneidad. Mary se recogía ella el pelo con una cola cuando se le soltaba, hacía fotos para sus hijos con su cámara y se ató varias veces los cordones de las botas poniendo el pie en una roca. Que Mary está en espléndida forma física se demostró hace pocos días en la Royal Run, una carrera creada por Federico en 2018 para potenciar la solidaridad entre los pueblos. Antes de correr cinco kilómetros, Mary se fotografió con sus perros, ya que es una gran amante de los animales, y con sus cuatro hijos. La gente, apostada a lo largo de la carrera, la animaba solo a ella “corre, Mary, corre” demostrando que se ha sabido ganar el amor de su pueblo por su forma de ser y de afrontar las dificultades de su matrimonio.

¿Y Federico? Federico aprieta los dientes y dice lo mismo que Kennedy en París, “solo soy el hombre que acompaña a Mary”. Sabe que, si es rey, lo es gracias a ella. Cuando los sucesos de noviembre, las fotos de Madrid con Genoveva Casanova que dio en exclusiva Lecturas, la única forma de que Mary lo perdonase y regresase de Australia, donde se había refugiado después de esta bofetada pública, fue prometiéndole que su suegra Margarita iba a abdicar y que ella por fin iba a ser reina. En realidad, fue lo mismo que les ocurrió a nuestros reyes en la gran crisis de 2013, que se solventó cuando se les aseguró que la abdicación de Juan Carlos estaba al caer y era inevitable. Por responsabilidad histórica, tanto Felipe como Letizia decidieron enterrar sus posibles desavenencias y tirar adelante. 

Mary de Dinamarca
Cordon Press

"Te amo, Mary, ¡ven!”

Nadie sabe si, en la intimidad, el matrimonio de Mary y Federico sigue vigente, la prensa señaló que tanto en Suecia como en Noruega hubo malas caras y sonrisas falsas, pero lo cierto es que los daneses están contentos con sus reyes y Margarita, la madre, que ahora vive apaciblemente pintando, bordando y paseando a sus perros, se puede felicitar por su jugada maestra al abdicar en el momento justo, dando a su pueblo unos reyes jóvenes y encauzando la vida de su revoltoso hijo. Federico sabe que no puede disgustar a su mujer, eso sería enfrentarse a ese pueblo que la adora. “Te amo, Mary, ¡ven! ¡vamos a través de mil mundos!” le dijo de forma exaltada el día de su boda. Mil mundos es un plan demasiado ambicioso. Contentémonos con Dinamarca.

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