Pilar Eyre

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"La familia real, dividida por Navidad"

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Pilar Eyre

Periodista y escritora

¿Qué haremos por Navidad?” Esta pregunta, común a todas las familias por estas fechas, tiene especial relevancia si se trata de la familia real, que sabe que cada gesto y cada movimiento será analizado con todo detalle y provocará miles de comentarios. A pesar del hermetismo, para mí, incomprensible, que rodea siempre las actividades privadas de Felipe y de Letizia, algunas informaciones confidenciales nos permiten conocer cómo van a ser sus siempre atípicas Navidades. Lejos están los tiempos en los que la familia entera, incluidos tíos y primos, ¡sesenta personas!, se reunían en Zarzuela por Nochebuena elegantemente vestidos, ellos con smoking y ellas con traje de coctel. Escuchaban juntos el discurso de Navidad del Rey por televisión con una copa de champagne en la mano y muchos “viva España”, y después cenaban un bufet frío, ya que ese día se daba fiesta al servicio. 

Tazas de caldo, salmón, foie, marisco, rosbif, angulas... Bajo el enorme abeto instalado en el vestíbulo estaban los regalos, prácticos y sencillos, que la reina había comprado en Londres. Nos han contado la expresión de disgusto de Letizia el primer año, cuando aún era novia de Felipe, al abrir su paquete. Era un pijama de franela horroroso, “de vieja”, con una tarjetita de su futura suegra: “para que no pases frío”. Al parecer, Letizia se había quejado del deficiente sistema de calefacción de la casa que ya compartía con su novio. Otro año le regaló un lote de productos de belleza Body Shop valorado en treinta euros. 

SOFIA NO USAR
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Después, a las doce, el elemento joven de la familia se iba con sus amigos y los mayores acudían a la Misa del Gallo que se celebraba en la capilla, aunque en los últimos años ya solo asistían Sofía, su hermana Irene y Felipe. Juan Carlos se retiraba a la Angorilla, a escasos kilómetros, donde vivían su amante y su hijo, y terminaba de celebrar la festividad con ellos. Aunque nadie lo comentaba, todos lo sabían, pero a don Juan Carlos en esa época se le perdonaban sus faltas porque era rey todopoderoso. No solo en su país, sino también en su familia.

Juan Carlos, activo tóxico

Pero ahora ¿qué? Falta menos de un mes y ya podemos decir que la familia se dividirá en tres grupos. En vez de ser sesenta en Zarzuela, este año serán solo seis, y en la casa de Letizia y Felipe: el matrimonio real, sus dos hijas y la madre de Letizia acompañada de su novio, con el que reside en Murcia. La relación de la reina con la familia de su marido sigue siendo gélida, este año ni siquiera por compromiso se ha dejado caer en el rastrillo benéfico de la jet set fundado por Pilar de Borbón, dejando colgada a su suegra, que sí ha ido. De esa manera marca distancia con su familia política y también con el ambiente “pijo” que tanto detesta.

juan carlos NO USAR
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Cuando la infanta Cristina fue desterrada de Zarzuela por el Caso Nóos, pasaba las fiestas navideñas con la familia de su marido en Vitoria, pero en la actualidad es Ainhoa, la nueva pareja de Iñaki, la que ocupa su lugar en el clan Urdangarin, por lo que este año no vendrá a España. La infanta Elena es otro verso suelto, y ambas hermanas solo tienen un deseo: acompañar a su padre en estos momentos difíciles. Porque Juan Car- los vuelve a ser otra vez el apestado de la familia. Felipe no puede permitir que su padre, con sus comportamientos cada vez más descontrolados, ponga en peligro el momento dulce que está viviendo la monarquía gracias a la actitud de los reyes en la tragedia de Valencia. Y trata de mantenerlo lo más lejos posible. ¡Ni libro de memorias, ni regatas en Sanxenxo, ni comilonas con los amigotes en Madrid! En lo único que están de acuerdo Felipe y Letizia, lo que les mantiene unidos, es la necesidad de conservar ese cordón sanitario alrededor de Juan Carlos, ya que ambos creen que es el elemento tóxico de la corona.

La soledad de Sofía

Pero las hijas no van a dejar que pase las Navidades solo. Ellas podrían ir a Abu Dabi, pero, en realidad, Juan Carlos está más tiempo en Suiza que en Emiratos Árabes, recordemos que en Suiza vive su gran amor, Marta. Así pues, han decidido reunirse en Ginebra, como hicieron el año pasado, y celebrar la Navidad en el Four Seasons, gratis total, por cierto, ya que el príncipe saudí, propietario del hotel es amigo del emérito. Será una reunión numerosa: Elena, Cristina, sus hijos, las parejas y quizás... Marta Gayá. Al fin y al cabo, las hijas conocen la relación que la une a su padre desde hace años, y comprenden que es su auténtica y leal compañera y la mujer que lo hace feliz. Además, ya han estado juntos en diversas ocasiones, el último cumpleaños del rey, por ejemplo. De todas formas, no nos vamos a enterar de la presencia de Marta. La pareja es experta en ocultarse, ¡llevan haciéndolo cuarenta años!


¿Y doña Sofía? Desde la pandemia ha pasado las Navidades sola en el inmenso caserón de Zarzuela, junto a su hermana. Nada hace pensar que eso pueda cambiar este año. Recibirá muchas llamadas, eso seguro, de su familia griega, de sus primos alemanes... Aunque le gusta acostarse temprano, esa noche esperará a que sean las doce para acudir a la Misa del Gallo y coincidir con su hijo. ¡Con que poco nos contentamos las madres!