En la Villa y Corte (en qué calle, demandaría Jorge Javier Vázquez) solo se habla de la silla de ruedas de don Juan Carlos. “No es por la intervención de rodilla… Tiene la cadera destrozada por un accidente de esquí, y la nefasta operación de hace años y la artrosis, mal de familia, lo han dejado prácticamente inmovilizado y con grandes dolores. Ha luchado como un jabato rehabilitándose sobre una camilla, pero al final se ha resignado y ha decidido hacer obras en su lado de Zarzuela para adaptarla a la silla”. Pregunto cómo está de ánimo, “regular, ya se ve como su madre, que pasó sus últimos años dependiendo de los demás y sin levantarse del MimiMovil, como los nietos llamaban a la silla de ruedas con motor en la que se desplazaba”.