¡Novedades en el caso Kate! ¡Por primera vez, desde que Kate está enferma, Guillermo ha pasado una noche fuera de casa! En su visita a Cornualles, que duró dos días, pernoctó en un hotel y Kate llamó a sus padres para que la acompañaran esa noche. Los medios británicos en principio lo interpretaron como una buena señal, quizás la princesa estaba mejor y su marido podía bajar la guardia y todo volvería pronto a la normalidad.
La salud frágil de Kate
Porque lo que hizo sonar todas las alarmas al comienzo de este año fue precisamente el hecho de que el príncipe Guillermo abandonara sus deberes oficiales para acompañar a su mujer, primero en una misteriosa operación abdominal y después en el postoperatorio. Los rumores y especulaciones se extendieron de forma desmesurada y se recordó que en realidad Kate tenía una salud frágil, como se demostró durante sus tres embarazos. Tuvo que ser tratada en el hospital por hiperémesis gravídica, un tipo muy grave de náuseas: devolvía todo lo que comía, lo que hacía peligrar la vida de ella y del feto por falta de nutrientes.
Así, aunque su padre, el rey Carlos, también tenía cáncer y estaba recluido en palacio, Guillermo se mantuvo firme en la decisión de apartarse de la vida pública, hasta que las críticas arreciaron tanto que se llegó incluso a dudar de su capacidad para ser rey algún día. Fue cuando Kate se vio obligada a grabar un video en el que ella misma comunicaba personalmente que padecía cáncer y que debía someterse a quimioterapia.
La lección de Guillermo
La noticia conmocionó al mundo, pero no justificó la actitud de Guillermo, ya que se le recordó que todos debemos cumplir con nuestro deber pese a las circunstancias familiares y más él, con tanto peso sobre los hombros. La corona no podía quedar descabezada. Cuando Isabel asumió el trono iba de luto porque su padre acababa de morir, pero, sabiendo que no podía dejar a sus súbditos huérfanos, se puso a la tarea inmediatamente. A regañadientes Guillermo empezó a cumplir algún compromiso, al final decidió que haría dos a la semana y desde entonces se ha atenido a esta regla. Visitas rápidas, desplazamientos en avión o coche, y el mismo día vuelta a casa para cenar con Kate y sus hijos.
Críticas al príncipe
Pero esa noche en Cornualles ha marcado un punto de inflexión. Y lo que al principio se tomó como una buena noticia, pronto fue virando hacia un panorama más negro. Porque el hecho de que Guillermo se entregue con más intensidad a sus tareas oficiales, ¿no implica que la situación provisional se ha tornado permanente? ¿Que la enfermedad de Kate, sea cual sea, es más grave y va a durar más de lo que se ha anunciado? El hecho de que se haya recurrido a Beatriz, una de las hijas del príncipe Andrés, para que presida algunas ceremonias oficiales, no deja de ser algo altamente sospechoso. Por otra parte, con su actitud apática, ¿no estaba obligando a su padre a trabajar más de lo conveniente? Estos días el rey Carlos se ha multiplicado, hasta el punto de que, al parecer, Camila ha hablado con los médicos para que restrinjan su actividad. Recordemos que tiene cáncer y que nadie ha dicho que se hubiera curado.
Un príncipe lloroso
El corresponsal de un importante periódico inglés me cuenta que la cabeza de Guillermo en estos momentos debe estar a punto de estallar. Todo se ha unido para desestabilizar su vida, para destrozar el precario equilibrio que había alcanzado después de la muerte terrible de su madre, los enfrentamientos con su padre, la ruptura con su hermano y su aversión por Camila, equilibrio conseguido gracias a la ayuda de Kate, su roca, como él la llama. Pero la enfermedad de su mujer y de su padre, la crianza de sus hijos en una edad muy difícil, la presión para que asuma sus deberes y la perspectiva de convertirse en rey antes de lo esperado lo sumen en un estado de angustia espantoso. Cuando en Cornualles le preguntaron cómo estaba Kate, contestó con un sobrio “bien, gracias”. En las islas Sorlingas se le humedecieron los ojos, pues allí acudió varios veranos con su mujer y sus hijos, cuando eran felices.
La reaparición de Kate
No sabemos cuándo se mostrará Kate, todas las fechas de su posible aparición han saltado por los aires, de su recuperación ya ni se habla. Ahora se dice que no la veremos hasta después de verano, pero son especulaciones más que realidades. Lo que sí se repite como un mantra a los periodistas es que necesita tranquilidad y aislamiento, algo que estos días no debe tener y no porque la prensa no respete este trato, sino porque la presunta amante de su marido ha salido de nuevo a la palestra. Rose Hanbury, cuyos abogados tuvieron incluso que emitir un comunicado para desmentir una relación amorosa con Guillermo, aparece en una foto conversando con Camila en actitud sonriente y cómplice durante un concurso hípico. ¡Es una provocación escandalosa e innecesaria! ¿Qué oscuros pensamientos pasarán por la cabeza de una mujer enferma, sometida a un tratamiento duro, encerrada en casa, sin ver a nadie, cuando observa a la presunta amante de su marido departiendo tranquilamente con su odiada ‘suegra’? ¿O cuando sus cuñados se pasean por el mundo como si los auténticos príncipes de Gales fueran ellos? Enfermedades graves, familia en crisis. Odio, codicia, rivalidad, celos. Con estos materiales tejía Shakespeare sus inmortales tragedias.