Felipe, todos nos comentan que tenemos que pasear más a las niñas”.Letizia, querrás decir a la infanta Sofía y a la princesa de Asturias... o la heredera de la Corona, como prefieras”. “Eso es una cursilada aquí y en Pompeya, mi amor. ¿Cuántas veces te tengo que decir que yo no soy como tu madre?”. “Perdona, cariño, no te enfades, que se te pone una arruguilla en el entrecejo. ¿Y dónde crees que pueden ir?”. “Hum. Lo del centro de refugiados ucranianos no resultó tan espectacular como me imaginaba, pero lo de Catalunya fue perfecto. Dejó a todos esos independentistas sin palabras. Ahora tenemos un viaje a Londres...”. “¿Londres? ¿Donde está Corinna? ¿No te parece peligroso?”. “Mi amor, no seas corto de miras. Es un partido de fútbol femenino, un combo irresistible... Aunamos deporte y feminismo, ¿a quién puede no gustarle eso? Encima las hacemos viajar solas, así nos queda un finde romántico para nosotros, ¡toda la Zarzuela será nuestra!”. “Qué bien, podemos comer con mamá y tía Irene”. “No es esa mi idea de un finde romántico”. “Claro, claro, no te enfurruñes. Eres un hacha, mi reina, este país te debe mucho”. Este diálogo imaginario se pudo dar perfectamente antes del viaje de Leonor y Sofía a Londres el pasado sábado, ya que de momento es la propia Letizia la que domina la agenda de sus hijas y es responsable de su educación.