Eras la prima del bailarín, la gente te confundía un poco, no sé por qué, con Belén Rueda, e ignoro si hacías cine, teatro, o televisión.
Eras conocida, sí, pero…
¡Todo se me ha borrado, querida Ana! ¡’Cuéntame’ ha pulverizado tu pasado! Para mí eres Merche, y no solo Merche, sino que eres mi madre, mi hermana, mi amiga, mi alter ego, aunque ni tú, ni la familia Alcántara, os parezcáis en nada ni a mí, ni a mi familia. Ese es el gran secreto de tu talento, que en tus arrugas haya una teoría de la vida que va más allá de los guiones (brutales), la dirección (estupenda) con la que todos podemos identificarnos. Otro día hablaré de Imanol Arias, monstruo inabarcable, pero hoy déjame entregarte solo a ti este ramillete de flores simbólicas y me pongo de rodillas, porque te lo mereces.