"El último intento de Rodolfo Sancho para salvar a su hijo Daniel"

MAYKA NAVARRO
Mayka Navarro

Periodista especializada en sucesos y en ‘true crime’

El caso Daniel Sancho se encuentra en la recta final del proceso judicial que debe determinar la responsabilidad del español en la muerte del cirujano colombiano Edwin Arrieta. El hijo del actor Rodolfo Sancho está acusado de asesinato premeditado, ocultación del cuerpo y destrucción del pasaporte de la víctima. Delitos por los que se enfrenta a la pena capital, la cadena perpetua o varios años de cárcel si finalmente el tribunal hace suyos los argumentos del acusado que declaró durante el juicio que la muerte del médico se produjo en el contexto de una pelea y que todo lo que hizo después fue improvisado.

El informe de la defensa

La Corte Provincial de Koh Samui, en Tailandia, dio de plazo hasta el 25 de julio para que la defensa y la acusación entregaran sus últimos escritos de conclusión y que los acompañaran de los informes que avalaran su tesis sobre lo que ocurrió aquella noche. La sentencia se hará pública el 29 de agosto y la defensa de Sancho aportó un informe de 32 páginas firmado por dos criminólogos, que adelantó el canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica.

Ese último documento analiza el comportamiento del español antes y después de la muerte y posterior descuartizamiento de Edwin Arrieta. El informe, firmado por los criminólogos Carmen Balfagón y Ramón Chippirrás, reconstruye todo lo sucedido las horas previas y posteriores a la muerte del médico, y destaca una serie de indicios que demostrarían que el español no mató de forma premeditada a Arrieta, sino que todo lo que hizo lo improvisó después de que la víctima falleciera al darse un golpe durante una pelea que ambos protagonizaron en el bungalow de la isla de Ko Pha Ngan.

Los criminólogos analizan las compras que Daniel Sancho realizó en un supermercado de la isla el 1 de agosto, justo 24 horas antes de la muerte de Arrieta. Los autores concluyen que “Sancho compró una sierra específicamente para cortar madera, dejando en el mismo estante de la tienda Home Mark otras sierras que pueden usarse para cortes más profundos. Compra la sierra de madera para lo que necesitaba: cortar cocos por la mitad y usarlos como platos de comida para mostrar en su canal de YouTube”. Antes de ser detenido, Sancho gestionaba un canal, que no tenía demasiado éxito, y en el que se presentaba como chef.

En el juicio, Sancho admitió que desmembró el cuerpo de Arrieta, pero negó haber planeado el crimen. Los expertos sostienen que si el acusado lo hubiera premeditado, habría comprado otra sierra más eficaz y que estaba a la vista en la misma estantería en la que compro la de seccionar madera. El informe rebate las acusaciones contra Sancho, punto por punto. Así, indica que el joven alquiló una motocicleta en Ko Pha Ngan el 31 de julio y que, para ello, “dejó sus datos personales, incluyendo el número de teléfono. Más aún, la persona que lo atendió le dijo que debía dejar su pasaporte original en depósito, lo que hizo sin problemas”. Los criminólogos insisten en que “si el señor Daniel Sancho hubiera planeado algo, nunca habría dejado su pasaporte en depósito”.

Imágenes reveladoras

El peritaje analiza las compras que realiza Sancho y en las que “no se protege de las cámaras de seguridad, va a cara descubierta. En ningún momento adoptó una actitud para ocultar su identidad ante un posible reconocimiento “Y advierten de que siguiendo una “dinámica criminal”, el joven debería haber intentado ocultar su rostro utilizando unas gafas de sol, una gorra o simplemente colocándose una mascarilla.

Carmen Balfagón y Ramón Chippirrás también mencionan la visita que Daniel Sancho hizo al hotel Panviman Resort cuando Arrieta aún no había llegado a Tailandia. “Sancho se dirige al hotel donde Edwin Arrieta había hecho una reserva y se registra dejando sus datos personales en la recepción y dejando su huella genética en la habitación. ¿Qué persona que tiene planeado un crimen realiza estos actos?”, se preguntan los autores.

La misma conclusión alcanzan sobre las bolsas de basura que Sancho compró el 1 de agosto en la tienda Big Shop C. La policía tailandesa sostiene que se trata de una prueba más de que Sancho estaba planeando matar a Arrieta y compró esas bolsas de grandes dimensiones para meter luego las partes del cuerpo de su víctima y desperdigarlas por la isla. Pero los criminólogos afirman que su cliente “no solo utilizó algunas de las bolsas compradas en el BIG C, también usó otro tipo de bolsas”. El informe adjunta varias imágenes en las que se ven otro tipo de bolsas junto a los restos humanos recuperados.

“La compra de bolsas de basura no puede considerarse como prueba de premeditación porque se utilizaron otro tipo de bolsas o sacos para guardar los restos, lo que apoya la idea de que no hubo premeditación, pero sí improvisación”, concluyen. El dossier aporta tres imágenes en las que se ven bolsas de cemento y de fertilizante que el acusado utilizó para ocultar partes del cuerpo de la víctima.

Los criminólogos analizan también la compra de un kayak que Sancho hizo para alejarse algunas millas y lanzar al mar varias partes del cuerpo de la víctima. “Sancho declaró que compró el kayak la noche del 2 de agosto, hacia las nueve, cinco horas después del desenlace fatal”. Un hecho que lleva nuevamente a la misma conclusión: “No premedita, improvisa. Casi cinco horas después del fatal desenlace entre el señor Daniel y el señor Edwin, Sancho va a comprar el kayak, es decir, no lo ha preparado ni comprado con antelación”.

Contradicciones policiales

El dossier analiza todas las pruebas e indicios aportados por la policía para demostrar que se trató de un asesinato premeditado. De las 45 muestras recogidas en el lugar del crimen, únicamente tres tienen perfiles genéticos mezclados de la víctima y el acusado. Una es una gota de sangre en la sábana de la cama del bungalow y otra está en la parte exterior de un guante.

El informe cuestiona la tercera muestra, encontrada en el supuesto cuchillo utilizado para apuñalar a Arrieta. Los criminólogos rebaten la tesis policial. Advierten de que la muestra contiene ADN mezclado de una tercera persona, que el cuchillo no estaba en el lugar del crimen y que los investigadores que declararon en el juicio cayeron en contradicciones cuando se refirieron a esa prueba. De hecho, la fiscalía no pudo determinar si ese cuchillo había sido utilizado en el crimen. “Hay una contradicción entre el número de agujeros que había en la camiseta negra que llevaba Arrieta. El centro forense 8 observó dos agujeros, mientras que el centro forense 10 observó cinco y la policía de Ko Pha Ngan en la conferencia de prensa que ofreció el 15 de agosto del 2023, solo mencionó un agujero”. Daniel Sancho ya reconoció en la vista oral que desmembró el cuerpo de Arrieta y se deshizo de él en varios sacos y bolsas, algunas arrojadas al mar, y otras a los cubos de basura. La clave será si el tribunal dictamina que todo fue planeado o que, como sostiene Sancho, se produjo una pelea entre los dos en la que Arrieta murió de forma accidental y el joven entró en estado de shock, un estado disociativo en el que fue improvisando lo que hacía con el cadáver de su amante.