Daniel Sancho ha pasado su segunda Navidad encarcelado en Tailandia tras ser condenado a cadena perpetua por el asesinato premeditado del cirujano colombiano Edwin Arrieta, al que después descuartizó, el 2 de agosto del 2023. El hijo del actor Rodolfo Sancho trata de adaptarse poco a poco a las duras condiciones del nuevo centro penitenciario de Surat Thani, una prisión con mayores restricciones que la anterior de Koh Samui, en la que pasó su primera Navidad, cuando su condición era de preso preventivo.
Los responsables jurídicos de su defensa han conseguido en el último momento una nueva prórroga para presentar su recurso de apelación a la condena. Tenían de plazo hasta el 29 de diciembre, pero han logrado una nueva fecha, el 29 de enero, como nuevo límite para hacer llegar al tribunal su escrito, según han confirmado a Lecturas fuentes de la defensa del cocinero en Tailandia.
Las dos apelaciones
El texto prácticamente está terminado y se ha retrasado, indican las mismas fuentes, por las complicaciones en la correcta traducción legal. Esta semana, el equipo jurídico español dará el visto bueno al argumentario. Un recurso que insiste en la inocencia de Daniel Sancho y en la ausencia de premeditación en la muerte de Edwin Arrieta, para la que la defensa mantiene que se produjo de forma accidental en el transcurso de una pelea durante la que la víctima trató de agredir sexualmente al cocinero.
El equipo jurídico de Sancho, liderado en Tailandia por la abogada Alice Keartjareanlap, recupera todas aquellas pruebas que presentaron pero que el tribunal no aceptó a trámite durante el juicio. Y repasa uno a uno los pasajes de la sentencia que a criterio de los abogados del condenado no están probados en la sala.
La familia Arrieta, por su parte, ha recurrido la sentencia para pedir que se incremente la responsabilidad civil que se ha otorgado a los padres de la víctima, que con su muerte se habían quedado sin sustento económico, según ha explicado a Lecturas el equipo jurídico de los colombianos, los abogados Beatriz Ugarte y Juan Gonzalo Ospina. Un sustento económico del que dependían no solo los padres de la víctima, sino buena parte de la familia en Colombia.
Las cifras del caso
En su sentencia, el tribunal estableció que Daniel Sancho debía indemnizar con unos 112.000 euros (4 millones de baths, moneda oficial tailandesa) a la familia del fallecido. Los letrados sostienen que la cifra se podría incrementar hasta los 840.000 euros, unos 30 millones de baths y denuncian que, a día de hoy, la familia de la víctima no haya recibido ni un euro, “mientras gastan el dinero en el equipo jurídico del condenado”, insisten.
El recurso, que fue presentado el 29 de noviembre, reclama la revisión del fallo por motivos como la “contundencia” de las pruebas policiales y la falta de arrepentimiento del condenado y pide que se eleve la condena a pena de muerte. “Se solicita al Tribunal de Apelaciones que revise el fallo de primera instancia y declare al acusado culpable bajo el artículo 289 del Código Penal, que establece como única pena aplicable la pena de muerte”, señala el texto firmado por Nattha Jongratwanin Lak, apoderada de la familia Arrieta en Tailandia.
“La familia no quiere pena de muerte. Está satisfecha con la condena”, precisa Juan Gonzalo Ospina. Pero reclama la pena máxima, que el propio tribunal durante la sentencia ya conmutó en forma de cadena perpetua, aclara el abogado. Los abogados de Daniel Sancho tienen hasta el próximo día 17 de enero de plazo para responder al recurso de la víctima. Daniel Sancho, de 30 años, fue considerado culpable de los tres delitos por los que fue juzgado: el asesinato premeditado, el descuartizamiento y la ocultación del cadáver; y la destrucción del pasaporte de la víctima.
Edwin Arrieta, que tenía 44 años, murió en la isla de Phangan, donde había quedado con Daniel Sancho para pasar unos días de vacaciones en una paradisiaca isla tailandesa. La condena se rebajó de pena de muerte a cadena perpetua por la “colaboración beneficiosa” que el condenado realizó durante la investigación, según explicó el juez el día que se dio a conocer la resolución. En esos primeros momentos, el hijo del actor ayudó a localizar algunas de las partes desmembradas del cuerpo de la víctima, que ocultó en varias bolsas de basura y repartió entre un vertedero y los alrededores de la isla, por los que se desplazó en un kayak recién comprado esa misma madrugada.
El cambio de los Arrieta
Aunque en un principio, la defensa de la familia Arrieta mostró su conformidad con la decisión judicial, con el paso de los meses, la situación ha cambiado y ha terminado por presentar el recurso de apelación. El escrito, detalla la abogada Beatriz Uriarte a esta revista, se ha tramitado teniendo en cuenta el criterio y los cálculos del equipo judicial de Tailandia, que han considerado “oportuno” reclamar un incremento de esa indemnización, atendiendo al din ro que la familia ha dejado de percibir y ya no percibirá durante su vida por el fallecimiento del cirujano plástico.
También ha pesado, añade, el comportamiento durante e tos meses de la parte contraria del procedimiento. “No ha habido perdón, ni indemnización, ni acercamiento”, detalla la abogada. Beatriz Uriarte y Juan Gonzalo Ospina ya han incidido en otras ocasiones en que la ley tailandesa es tajante en los casos en los que el condenado intente cumplir la pena en España. Una posibilidad que requiere del reconocimiento del delito y de mostrar arrepentimiento y solicitar el perdón por el daño que se ha producido, además de sufragar la indemnización por la responsabilidad civil.
La gracia del rey
La defensa de Daniel Sancho, en la que participan los bufetes en España de Marcos García-Montes y Carmen Balfagón y Ramón Chippirrás confían en lograr una rebaja de la condena. Pero en el caso de que los recursos de la defensa no logren esa reducción de condena existe la posibilidad de que el caso de Daniel Sancho sea incluido dentro de las medidas de gracia concedidas por el monarca tailandés Maha Vajiralongkorn, que reina como Rama X. Para ello debe cumplir una serie de requisitos, como haber abonado la indemnización a la familia y haber pedido perdón por el daño causado, según ha explicado en varias ocasiones Javier Casado, director de la Fundación +34, dedicada a asistir a presos españoles en el extranjero.
Esta petición de perdón, que tramita el Ministerio de Justicia, permitiría que la cadena perpetua cambiara por una pena tasada por una serie de años y entonces resultaría más factible la posibilidad de seguir cumpliendo su pena en una cárcel española. Mientras tanto, las condiciones en Surat Thani dificultan aún más la vida de Daniel Sancho. Según Silvia Bronchalo, madre del condenado, las visitas se han reducido a una por semana y las llamadas telefónicas permitidas son solo tres al mes. Además, en comparación con Koh Samui, donde podía acceder a alimentos especiales, las restricciones en Surat Thani son mucho más severas.