El empresario catalán de origen turco Isak Andic murió en la montaña de Montserrat el 14 de diciembre. Desde entonces, los Mossos d’Esquadra de la comisaría de Martorell investigan las circunstancias en las que se produjo la caída del fundador de Mango, que aquel día estaba acompañado únicamente por su hijo mayor, Jonathan Andic. En estos últimos tres meses, los policías han tomado declaración a decenas de testigos y han solicitado a la magistrada que se encarga del caso su autorización judicial para realizar nuevas pruebas, algunas relacionadas con los teléfonos móviles de la víctima y de su hijo.
Una excursión planificada
El día de la muerte de Isak Andic, esos mismos mossos de la comisaría de Martorell tomaron declaración aquella misma tarde a Jonathan y a la que en ese momento era la pareja de la víctima, la que fuera golfista profesional Estefania Knuth. Fueron dos declaraciones breves y especialmente complicadas por la conmoción emocional en la que ambos se encontraban, especialmente el hijo presente en la montaña en el momento del suceso.
El hijo del empresario relató a los policías que aquella mañana planificó la excursión con su padre por el denominado Camí de la Santa Cova, en el término municipal de Collbató. Un conocido recorrido a pie de ida y vuelta, que llega hasta los pies del monasterio de Montserrat.
La primera declaración
La ruta fue elegida por el hijo. Cuando faltaban pocos minutos para la una del mediodía y ya estaban de regreso a escasos metros del parquin en el que habían estacionado sus coches, Jonathan escuchó un ruido de desprendimiento de piedras. Aseguró que caminaba en ese momento unos metros adelantados de su progenitor y que, al girarse alertado por el sonido, solo pudo ver a su padre que caía al vacío sin poder hacer nada para impedirlo ni para ayudarle. Explicó que en ese momento no vio a ningún otro excursionista a su alrededor. También contó que su padre en toda la mañana no mostró ningún signo de abatimiento, ni de encontrarse mal. Al contrario, que era un hombre muy deportista, que se cuidaba con esmero a diario y que frecuentemente realizaba excursiones de este tipo por la montaña. En ese momento, Jonathan telefoneó a la pareja de su padre para alertarla y después al 112 para explicar lo sucedido y pedir ayuda.
Tenía la agenda llena
La declaración de Estefania Knuth también fue breve y corroboró que el día anterior Isak estuvo perfectamente y que salió de casa a primera hora de la mañana, en coche acompañado por su conductor de confianza, en perfecto estado. La agenda del empresario aquella semana estaba llena, como siempre. Esa misma noche, el magnate de la moda había organizado una cena en su casa en la que estaban invitados el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, y el artista Jaume Plensa.
La primera hipótesis
Con esas dos primeras declaraciones, la del hijo y de la pareja, los Mossos elaboraron un primer informe que enviaron a la jueza. Unas diligencias iniciales cerradas en las que solo aparecía la hipótesis del accidente de montaña y con las que la jueza autorizó la entrega de los restos a la familia para que pudieran organizar el funeral. El trabajo policial no cesó y se centró en las semanas posteriores en tomar declaración a multitud de personas del entorno familiar, laboral y social de Isak Andic.
Uno de esos testigos que fueron citados fue Jonathan que regresó nuevamente a la comisaría el 31 de enero. El empresario acudió, como la primera vez, en calidad de testigo. El interrogatorio duró más de tres horas durante las que el sargento instructor de las diligencias le preguntó no solo por las circunstancias del accidente, sino por el estado de las relaciones de padre e hijo. No fue una declaración fácil para Jonathan Andic, que abandonó la comisaría como entró, como testigo de la muerte de su padre.
Incongruencias
La hipótesis policial continúa siendo la misma que al principio de la investigación, que el empresario murió al caer por un desnivel de unos 60 metros durante una excursión. Hasta el momento, los investigadores no han encontrado indicios de delito, más allá de alguna incongruencia en el relato de Jonathan si se compara con los datos objetivos de los que disponen los Mossos. De ahí que los policías hayan querido seguir investigando a fondo los pormenores del siniestro y por eso pidieron a la jueza que reabriera nuevamente el caso judicialmente porque necesitaban su autorización para realizar nuevas pruebas.
Nuevos informes
En cualquier caso, esos detalles incoherentes en el relato del hijo no responderían, en principio, a una intención deliberada por su parte de ocultar información o encubrir un posible delito, sino que estarían condicionados por su situación emocional. Durante todos estos meses, la jueza de Martorell ha ido recibiendo numerosos informes. El informe de la forense que acudió a la montaña de Montserrat a realizar el levantamiento del cadáver, un primer informe de la autopsia y posteriormente el informe definitivo, que incluía los resultados de las analíticas. La forense que estuvo presente en el lugar de la caída aquella mañana del 14 de diciembre describió el punto por el que se precipitó el empresario como un tramo estrecho del camino, de aproximadamente un metro. Con un suelo inestable formado por piedras de tipo conglomerado. Una zona que no disponía de valla de protección, a diferencia de otros tramos del camino, porque no revestía peligrosidad y nadie anteriormente había sufrido un percance.
Investigan los móviles
Los investigadores recuperaron el teléfono y la cartera del empresario en el lugar de la caída y Jonathan entregó el suyo a los Mossos en cuanto se lo solicitaron. Entre las numerosas diligencias que han realizado los policías en estos casi tres meses, están los análisis de las conversaciones entre padre e hijo los días previos a la muerte, sin que se haya encontrado ningún elemento relevante para la investigación. Esos dos terminales están ahora en los laboratorios en manos de los forenses informáticos de la policía científica de los Mossos. La jueza les ha autorizado solicitar a Google la geolocalización de los dos móviles. Se trata del rastro que dejan los teléfonos cuando se abren algunas aplicaciones que tienen activada la localización.
La geolocalización, clave
En su día, la Guardia Civil utilizó la geolocalización del teléfono de Diana Quer y obtuvieron un recorrido casi milimétrico de sus últimos movimientos, tras ser secuestrada por su asesino. En este caso, con un escenario montañoso, está por ver la exactitud con la que los GPS ubican los teléfonos del padre y el hijo aquella mañana.
La repentina muerte de Isak Andic provocó un gran impacto en el tejido empresarial y social español, especialmente en Catalunya donde se asentó y desde donde levantó el gran imperio Mango.