La fiscalía pide nueve años de cárcel para Alvés

MAYKA NAVARRO
Mayka Navarro

Periodista especializada en sucesos y en ‘true crime’

Dani Alves celebrará sus primeras navidades en prisión. Compartirá las doce uvas, el turrón y el menú especial de estas fechas con sus compañeros del módulo 13 de la prisión de Brians 2, en la población barcelonesa de Sant Esteve Sesrovires, a unos 40 minutos en coche del centro de Barcelona.

El astro del fútbol, acusado de una agresión sexual con penetración, ya ha asumido que no pisará la calle hasta la celebración del juicio, previsto, según las previsiones de la Audiencia de Barcelona, para febrero del año que viene. Una vista en la que la Fiscalía solicitará nueve años de cárcel. Y no solo eso, la fiscal Elisabet Jiménez pide también para el brasileño otros diez años de libertad vigilada y la prohibición de acercarse a menos de un kilómetro de la víctima, tras la condena. Además el ministerio fiscal solicita una indemnización de 150.000 euros que el acusado ya ha depositado en una cuenta bancaria de los juzgados, como indemnización para la joven por las “secuelas físicas y psicológicas” y por los “perjuicios morales sufridos”, según se detalla en el escrito enviado a la Audiencia. El informe es el primero de los tres que recibirán los magistrados que deberán juzgar al futbolista, a no ser que las partes, la defensa de Alves y la acusación de la víctima, lleguen al pacto de conformidad que hace meses que tratan de negociar, sin éxito por el momento. 

Dani Alvés
Gtres

Un acuerdo que se enfría

Un acuerdo que contaría con el visto bueno de la Fiscalía y que obligaría al jugador a admitir que aquella madrugada del 31 de diciembre violó con penetración a una joven de 23 años en un baño de la zona VIP de la discoteca Sutton de Barcelona. Las negociaciones para alcanzar ese acuerdo de conformidad que evitaría ir a juicio se iniciaron antes del verano, cuando los abogados Cristóbal Martell y Arnau Xumetra eran los titulares de la defensa del jugador, junto a la también letrada Miraida Puentes. En octubre, Dani Alves decidió repentinamente cambiar de abogados y designó a Inés Guardiola como nueva responsable de una defensa que ha mantenido las negociaciones, enfriadas en las últimas semanas.

Ese posible pacto de conformidad discurre en paralelo al proceso judicial que mantiene su curso. Así, y como estaba previsto, la Fiscalía fue la primera de las partes en presentar su escrito de acusación. El ministerio público considera que hay indicios suficientes para sentar en el banquillo al futbolista y se ha opuesto a una nueva petición de la defensa para que Dani Alves, que permanece en prisión preventiva desde el pasado 20 de enero, quede en libertad. Una petición que la Audiencia Provincial de Barcelona ha vuelto a denegar. La abogada del jugador había solicitado que quedara en libertad hasta la celebración del juicio.

El escrito de la acusación

Hace dos meses, la Audiencia de Barcelona dio por cerrada la instrucción del caso y ordenó que se abriera juicio contra Alves por los indicios sólidos de delito. Tras ese escrito de la Fiscalía, la siguiente en presentar su informe de conclusiones será la acusación representada por la abogada de la víctima, Ester García. Por el momento, poco se sabe del escrito que está preparando la letrada, salvo lo que ha contado la periodista Marta Català, que asegura que la acusación solicitará la pena máxima para estos delitos, doce años de prisión para el jugador por violación con penetración, con todos los agravantes.

Petición de absolución

La última en presentar su escrito será la abogada que en los últimos meses aceptó el reto de defender a Alves, Inés Guardiola. Formada en el despacho de la prestigiosa abogada Berta del Castillo, Guardiola solicitará la absolución defendiendo la tesis de que el jugador y la joven mantuvieron relaciones sexuales en aquel pequeño baño del reservado del Sutton, pero que lo hicieron de manera consentida. Esa fue la última versión que dio Alves el día que compareció ante la magistrada que ha llevado la instrucción, para declarar voluntariamente.

Una declaración que se filtró a los medios de comunicación en la que se pudo ver de qué manera el jugador trataba de convencer, sin éxito, a la juez de que todo lo que ocurrió en aquel pequeño baño fue por voluntad de ambos, sin violencia y sin fuerza.

Unas explicaciones que tampoco convencieron a la fiscal que en su relato de conclusiones hace suya la versión de la víctima. La fiscal detalla cómo el futbolista comenzó a acercarse a la joven, “abrazándola” y poniendo su mano en su pene en varias ocasiones, a lo que ella respondió retirándola de inmediato “al percatarse de sus intenciones”. A las 3:20 horas de la madrugada, Dani Alves se retiró hacia una puerta cercana e indicó a la joven desde el umbral que le acompañara. Ella accedió pese a no saber que se trataba de una zona aún más privada, en la que no había cámaras de seguridad y sí un pequeño baño reservado para los usuarios de la zona VIP. En esa zona, Alves, según la Fiscalía, condujo a la joven hasta el baño y cerró la puerta tras ella. Una vez dentro y sin opción de escapatoria empezó a manosearla “con ánimo lascivo y una clara intención de satisfacer sus deseos sexuales”. Aunque la joven trató de marcharse en varias ocasiones y le reiteró sus deseos de irse, el jugador utilizó la fuerza y la violencia para agredirla sexualmente.

El relato de la víctima

Durante estos once meses que ha durado la instrucción de la investigación, empezando por las mossas d’esquadra que tomaron declaración a la víctima en un primer momento, pasando por una primera jueza sustituta, la titular y después los tres magistrados de la Audiencia de Barcelona, todos han creído el relato de la víctima. Una joven de 23 años que aquella madrugada acudió por primera vez a la discoteca Sutton en compañía de una prima y una buena amiga.

Aquella madrugada, el personal de seguridad de la discoteca activó el protocolo contra las violencias sexuales de la sala y alertó al 112 que desplazó hasta la calle Tusset a una primera patrulla de seguridad ciudadana de los Mossos d’Esquadra. La casualidad hizo que el jefe de turno de la policía saliera de la comisaría con la cámara que lleva en la solapa para grabar las actuaciones conflictivas encendida por error. Y eso hizo que se grabaran las primeras declaraciones espontáneas de la joven a los agentes. Un testimonio en el que la víctima llora desconsoladamente y en un par de ocasiones pide irse a su casa y no presentar denuncia porque asegura que tratándose de un jugador internacional “nadie me creerá”. Pero la creyeron y, desde el 20 de enero está en prisión preventiva. Y allí permanecerá hasta la celebración o no de ese juicio, en una cárcel destinada a condenados y en un módulo de agresores sexuales de menores. En su momento, instituciones penitenciarias decidieron enviar al jugador a ese recinto para que estuviera acompañado de un perfil de reclusos nada problemáticos. 

Apoyo incondicional

En estos meses, el comportamiento del brasileño ha sido ejemplar y, tras el primer impacto lógico de su llegada, su día a día se ha normalizado por completo.

Alves ha pasado por diferentes estados anímicos, lógicos también en su situación. La acusación y la prisión vino acompañada de una primera decisión de su mujer Joana Sanz de divorciarse del que había sido su marido en la última década. Tras una montaña rusa sentimental de la modelo, con constantes subidas y bajadas emocionales, finalmente la canaria ha decidido aparcar el divorcio y mantenerse cerca del jugador. Así lo explicó ella misma en la primera entrevista televisada que ofreció en el estreno del programa ‘De Viernes’ de Telecinco. “No nos vamos a divorciar de momento. Él es y será mi familia y estaré ahí para él”, sentenció la modelo, que preguntada por si en algún momento ha empatizado con la supuesta víctima aseguró: “Sinceramente hoy en día pienso en mí porque si no, nadie lo va a hacer”. Joana, que tras enterarse de la detención de su marido se autolesionó con una daga, aclaró que nunca intentó suicidarse. “Tuve una crisis de ansiedad,cogí una daga que tengo, que no corta, y la apreté con todas mis fuerzas contra mi brazo, no quería cortarme, pero necesitaba que todo el dolor de dentro se exteriorizara. Necesitaba sacarlo”, dijo. Dani Alves era conocedor de la entrevista que concedía su aún esposa. La pareja habla casi a diario por teléfono y Joana es una de las pocas personas que, a excepción de las abogadas Puentes y Guardiola, visitan al jugador en prisión. Hace unos meses el jugador aseguró en la que ha sido su única entrevista desde prisión que había prohibido a sus amigos visitarle en la cárcel porque sabía las críticas que les acarrearía ese encuentro.

Dani Alvés
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