Esther Koplowitz, en el punto de mira de un estafador

MAYKA NAVARRO
Mayka Navarro

Periodista especializada en sucesos y en ‘true crime’

No es la primera vez que escribimos de estafadores en esta sección. Rodrigo Nogueira encabezó el listado de individuos que se hacen pasar por quienes no son para engañar y saquear económicamente a sus víctima. Nogueira les hacía creer que era el amante perfecto del que cualquiera de nosotras se habría enamorado. Esta vez la estafa no tiene nada que ver con el amor. Se trata de dinero y una de las víctimas, que no cayó porque supo ser precavida y prudente, es la todopoderosa empresaria Esther Koplowitz. 

Un nombre importante 

Esther María Koplowitz y Romero de Juseu, antigua marquesa de Casa Peñalver, marquesa de Campo Florido, condesa de Peñalver y en la actualidad máxima accionista y vicepresidenta primera de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), la empresa más importante del sector en España, a punto estuvo de ser estafada. Pero el sospechoso con ella no lo consiguió. 

Hay que remontarse a principios del 2022. Hasta el entorno de la empresaria se acercó un individuo que tenía como carta de presentación ser el sobrino de Jordi Clos. No es cualquier nombre tampoco. El empresario Jordi Clos Llombart es propietario de Derby Hoteles Collection, actualmente presidente del gremio de hoteles de Barcelona, también de Turismo de Barcelona, y un egiptólogo reconocido internacionalmente con una de las colecciones privadas de piezas más importantes del mundo. Aseguraba el individuo ser Miguel Clos, sobrino del hotelero, y en su nombre, no le costó demasiado acercarse al círculo más próximo a Koplowitz. La promesa de participar en la Fundación Koplowitz con un millón de euros para causas sociales sirvió para que le abrieran las puertas e invitaran a actos y a más de una de las fiestas que la mujer organizó, incluso en su casa. 

Una promesa sospechosa 

Atento a todos esos movimientos estaba uno de los yernos de la empresaria, Fernando Ortiz Bahamonde. El economista está casado con la hija mediana de Esther Koplowitz y Alberto Alcocer, Esther Alcocer Koplowitz. Ortiz Bahamonde empezó a sospechar después de que la promesa del millón de euros a la fundación social que preside y lleva el nombre de su suegra no se hacían efectivos. Siempre había una excusa. Y los recelos se intensificaron cuando el personaje introdujo en una de las conversaciones lo que realmente había estado tramando durante todo el tiempo… tenía entre manos un buen negocio y les proponía que participaran como inversores. En ese momento, el yerno de Koplowitz se puso en contacto con Clos a través de uno de sus hijos y confirmó sus sospechas. No había ningún sobrino con ese nombre que en nombre de la familia Clos realizara negocios ni prometiera donaciones millonarias en la Fundación de la aristócrata. Fernando Ortiz Bahamonde telefoneó al individuo, le advirtió de su descubrimiento y le prohibió volver a acercarse a ningún miembro de su familia. 

No fueron los únicos 

Lo que ocurrió después es que la familia de Jordi Clos empezó a recibir mensajes de otras personas a las que el mismo individuo se había acercado. Lo hacía de diferentes maneras y con excusas variadas. Pero, para todas ellas, la carta de presentación era ser el sobrino del hotelero, hablar en su nombre, y ser uno de los directivos de una sociedad que aglutina a algunos de los mejores hoteles de España. Casi todos, precavidos, se pusieron en contacto con los Clos para confirmar que el tipo era un presunto estafador. Pero algunos, como una mujer, cayeron en la trampa y con los meses recurrieron al hotelero para reclamar una deuda de casi 10.000 euros que había dejado el sospechoso como pufo. 

En libertad con cargos 

En abril del 2022, Jordi Clos acompañado de su abogado, Joaquín Sugrañes, se presentó en la comisaría de los Mossos d’Esquadra de Sarrià Sant Gervasi y denunció al individuo por los delitos de estafas y otro contra la propiedad intelectual en modalidad de usurpación de signos distintivos, de la marca. Y eso porque el acusado presuntamente utilizó la marca Derby para engañar a sus víctimas. La policía catalana empezó a trabajar a partir de la denuncia y tomó declaración a varias víctimas. Se presentó el atestado en un juzgado de Barcelona, aunque enseguida comprobaron que tanto el sospechoso como las víctimas estaban todas en Madrid. 

Detenido en madrid 

A partir de ese momento se creó un equipo conjunto de trabajo entre la unidad de investigación de los Mossos de Sarrià y la brigada central de crimen organizado de la Policía Nacional. Hace dos semanas, el titular del juzgado 53 de los juzgados de la plaza de Castilla asumió la investigación, después de que su colega de Barcelona se inhibiera. Tras coordinarse con los investigadores acordaron detener al sospechoso el miércoles pasado, en su domicilio de la avenida de Moratalaz de la capital española. En el registro de la vivienda se decomisaron casi 5.000 euros, y varios dispositivos informáticos para analizar y documentación relacionada con la presunta estafa que protagonizaba. Al sospechoso se le imputan cuatro delitos de estafas, algunos en grado de tentativa, y otro contra la propiedad intelectual. Al día siguiente pasó a disposición judicial y el juez lo dejó en libertad con cargos. 

Investigación secreta 

En conversación telefónica con Lecturas, el hombre que presuntamente se hacía pasar por el sobrino del hotelero Jordi Clos atiende con exquisita amabilidad a la llamada. Tras unos primeros segundos en los que no esconde su extrañeza, advierte de que la investigación está en secreto y el caso todavía en instrucción y que por tanto poco tiene que decir. “Permita que sean los profesionales, los abogados, los que en su momento, actúen para aclarar las cosas, y, en mi caso, tomar medidas por los perjuicios que estoy teniendo”, dice. El hombre evitó responder a los motivos de la detención, aseguró desconocerlos, y sí dijo que había abandonado el juzgado sin que se le notificara ninguno de los delitos por los que está investigado. “La policía vino a mi casa a por unas cosas que accedí a entregar sin ningún tipo de problema. Nada más”. El hotelero Jordi Clos, por su parte, declinó hacer ningún tipo de declaraciones sobre el asunto.