“Acusan a Rosa Peral de instigar una agresión en la cárcel”

MAYKA NAVARRO
Mayka Navarro

Periodista especializada en sucesos y en ‘true crime’

Rosa Peral no necesita demasiada presentación. Le guste más o menos, la mujer condenada por el asesinato del que fuera su pareja, Pedro Rodríguez, ha vuelto a acaparar titulares. Ella, a través de su abogada, Núria González, ha negado rotundamente los hechos que le han vuelto a colocar el foco encima. Varias funcionarias e internas del centro penitenciario de Mas Enric, en Tarragona, acusan a la que fuera guardia urbana de Barcelona de organizar e instigar la brutal agresión que el pasado 21 de julio sufrió una trabaja- dora de la cárcel, en la que Peral cumple una condena de 25 años de prisión. 

La información la adelantó el periodista Albert Guerrero en el diario Segre, y Lecturas la ha confirmado en el entorno de la víctima y de los sindicatos de funcionarios de prisiones. Vayamos al principio, a la grave agresión sufrida por la funcionaria. Una mujer que, pese a que volvió a trabajar en un primer momento, se encuentra actualmente de baja, tras conocerse que el intento de asesinato que sufrió fue presuntamente instigado por Rosa Peral. El domingo 21 de julio, al mediodía, la funcionaria evitó que una interna saliera al patio del módulo de mujeres de la cárcel de Tarragona, para agredir a otra presa. La reclusa se encaró entonces con la trabajadora, y tiró violentamente de la cinta que llevaba en el cuello y de la que cuelga la acreditación. Estiró hasta que la cinta se rompió e intentó asfixiarla. Seguidamente, la interna se abalanzó contra la funcionaria, con la capacidad de reaccionar mermada por el intento de asfixia, y le arrancó varios mechones del pelo. Otra trabajadora y varias internas socorrieron a la víctima y lograron reducir a la agresora. 

Exigen más seguridad

Los hechos fueron denunciados en su momento por los sindicatos de prisiones y la asociación de funcionarios Marea Blava. Un comunicado que acompañaron de fotografías de la víctima, en las que aparecía la mata de pelo arrancado, y las lesiones visibles en el cuello. La trabajadora fue atendida por los servicios médicos del propio centro penitenciario y esa misma tarde regresó con normalidad a su puesto de trabajo, hasta que finalizó el servicio. El grave incidente provocó la convocatoria de protestas a las puertas de las cárceles de Mas Enric, y Ponent, en Lleida, de donde es originaria la funcionaria. Unas concentraciones que empezaron en marzo, cuando un interno condenado por delitos de sangre y que trabajaba en la cocina de Mas Enric asesinó a la cocinera del centro, Nuria López. Este crimen conmocionó a la sociedad y sacó a la calle a los trabajadores de las prisiones, que exigieron más medidas de protección y seguridad, ante la escalada de actos violentos contra los funcionarios que sigue creciendo.

No participó en la agresión

La agresión a la funcionaria motivó la elaboración de un primer informe. Una especie de atestado interno en el que participaron los compañeros de la víctima, y supervisado por el jefe de servicio que elevó el documento. Ese informe se remitió a la dirección general de instituciones penitenciarias y a los juzgados de guardia de Tarragona. El atestado ya incluía, con fecha de ese mismo 21 de julio, las declaraciones de internas y funcionarias del módulo de mujeres que señalaban a Rosa Peral como la instigadora de la agresión. Los responsables del centro visionaron también las imágenes de las cámaras de seguridad y Rosa Peral, que estaba en el módulo, no participó en la agresión. Las grabaciones muestran a la funcionaria tratando de mediar en la pelea y como una de las internas se dirige hacia ella y la agrede con violencia. Lo que ahora ha trascendido son esas acusaciones de testigos que señalan a la asesina del denominado caso de la Guardia Urbana.

Traslada a la cárcel

Unas internas explicaron que Peral, el día anterior a la agresión, dijo de las funcionarias que “deberían ser trituradas en un contenedor de basura para hacerlas desaparecer” y que “les deseaba la muerte”. Esas testigos relataron a los funcionarios autores del atestado que Peral estaba indignada con las trabajadoras porque le habían sancionado y prohibido realizar una actividad. Rosa Peral fue trasladada a la cárcel de Mas Enric hace aproximadamente cinco años, tras pasar por buena parte de los centros penitenciarios catalanes en los que ha protagonizado incidentes. Empezando por la pequeña prisión de Wad Ras, en Barcelona, donde llegó como presa preventiva tras ser detenida por el crimen del que era su pareja. La propia directora de la cárcel redactó una carta en la que pedía a Instituciones Penitenciarias el traslado de Peral después de que, literalmente, “dinamitara” prácticamente todas las relaciones afectivas de las presas. 

Una interna que, según funcionarios consultados por Lecturas, tiene una gran capacidad de manipulación sobre el resto, a las que domina convirtiéndose en una líder indiscutible. Unos funcionarios, a través de sus sindicatos y en informes internos a la Conselleria, han denunciado el “trato de favor que recibe Peral ya que, pese a las continuas faltas graves que protagoniza, se le sanciona con penas menores como la privación de actividades recreativas o paseos, aseguran a Lecturas los mismos portavoces. Unas sanciones que a ella le generan una sensación de impunidad que no duda en manifestar en los incidentes que ha protagonizado con funcionarias en los últimos tiempos. El informe, al que accedió el diario Segre, relata como esas internas y las funcionarias aseguraron que Peral organizó y ordenó la agresión, y pagó con tabaco y droga a la Rosa tiene un juicio pendiente junto a su padre actuante. Los hechos están judicializados, la víctima de baja y la presunta inductora sigue en Mas Enric, aunque la evolución de la investigación, si se confirman las acusaciones, podrían implicar un nuevo traslado de cárcel. 

“Es absolutamente falso”

La abogada de Peral, Núria González, ha negado rotundamente las acusaciones. “Es absolutamente falso”, afirmó y desmintió la existencia de informes de funcionarios que sostengan esa acusación. Aseguró que ni ella ni Peral han recibido ninguna notificación al respecto. La abogada ha vinculado estas acusaciones con las quejas que han presentado por el trato que recibe la interna por parte de tres funcionarias que provocaron la celebración de una reunión entre el padre de Rosa Peral y la dirección de Mas Enric. “Alguien se ha puesto muy nervioso”, aseguró y vinculó ese encuentro con la difusión “ahora” de la vinculación de Peral con la agresión de julio. Las quejas por el trato recibido por Peral se remontan a varios meses atrás y se han denunciado ante la Conselleria de Justicia y en el Síndic de Greuges. Se refieren a los registros excesivos que asegura sufre en su celda, la retirada de objetos que compra dentro de la prisión y las dificultades que tiene para realizar visitas personales. 

González advirtió de que, si alguien tiene pruebas de ese plan de agresión a la funcionaria, debería presentarlas ante la justicia. “¿Por qué están en la prensa y no en el juzgado?”, se preguntó. La abogada insistió en que “no hay nada de verdad en todo esto” y subrayó que en el momento de la agresión nadie mencionó a Peral. Defendió que su clienta tiene una vida organizada y “no hace nada que pueda poner en peligro” su situación actual. Rosa Peral y su padre están pendientes de ir a jui- cio por presuntamente haber ocultado bienes para así evitar satisfacer la indemnización a los familiares de Pedro Rodríguez. La juez de instrucción que dirigió la investigación ve claro que los dos investigados pudieron haber cometido un delito de insolvencia punible que está castigado con una pena de 1 a 4 años de prisión. Fiscalía les pide 4 años de prisión.