Las vacaciones reales en Marivent están tocando a su fin. En los próximos días, los Reyes y sus hijas, Leonor y Sofía, dejarán Palma para desplazarse a otro lugar, donde pasarán unos días de incógnito. Cumplidas las apariciones oficiales y hechas las fotos necesarias para alimentar el compromiso con la isla, tocan ahora unos días en familia. No es nuevo que don Felipe y doña Letizia partan en dos etapas sus días de descanso, lo llevan haciendo desde su boda: diez años como Príncipes de Asturias y uno, el pasado, ya como Reyes. Nunca se supo exactamente dónde se escondían, porque nunca sus escapadas privadas pudieron documentarse gráficamente. Algunos veranos fueron a Grecia, otros los pasaron en Portugal e incluso en alguna isla caribeña pero nunca ha podido constatarse su presencia en esos lugares. Solo una vez, hace cuatro años, una turista española aseguró haber captado la presencia de los entonces príncipes y sus dos hijas en una playa griega. Hizo unas fotografías de no muy buena calidad que acabaron publicándose en una revista aunque tampoco hubo confirmación del lugar exacto en el que se captaron.
Cuando partan hacia otros lugares, los Reyes habrán pasado menos de dos semanas en Mallorca a donde llegaron de forma escalonada: don Felipe y sus hijas el jueves 30 de agosto y doña Letizia, al día siguiente. El Rey ha aparecido más en público que la Reina y sus hijas, ya que, además de recibir a las autoridades baleares y al presidente del Gobierno, ha participado en algunas regatas de la Copa del Rey. La Reina acompañó al Rey a la recepción, en la que también estuvo presente doña Sofía, que se ofreció en el palacio de La Almudaina a los representantes de diferentes entidades y organizaciones sociales de las islas baleares. La princesa Leonor y la infanta Sofía han sido las más caras de ver: participaron en la sesión fotográfica que tuvo lugar en el palacio de Marivent y, por fin, han aparecido en el club náutico donde han acudido para animar a su padre en el último día de las regatas.
Marivent sigue siendo el reino de doña Sofía que es quien más tiempo pasa en la isla. Para la madre del Rey, Mallorca es su paraíso y quizá el amor que profesa por la isla y por la residencia en la que ha pasado los veranos de los últimos 40 años, es la razón fundamental por la que los Reyes siguen acudiendo a la isla, aunque sea únicamente por cumplir. No se entendería que doña Sofía ocupara sola el palacio, aunque no es una decisión suya, seguramente le hubiera gustado que las circunstancias le hubieran permitido estar acompañada de la totalidad de la familia, incluido el rey Juan Carlos y la infanta Cristina. Este año ha logrado, al menos, reunir a sus ocho nietos: Felipe y Victoria de Marichalar, Juan, Pablo, Miguel e Irene Urdangarin y Leonor y Sofía de Borbón, aunque solo hizo pleno durante tres días, ya que los hijos de la infanta Cristina dejaron la isla el día 3 para reunirse con sus padres en Bidart, una población del País Vasco Francés donde pasan las vacaciones la madre y los hermanos de Iñaki Urdangarin. Doña Elena y sus hijos sí prolongaron su estancia en la isla y se les ha podido ver, siguiendo a bordo de una lancha rápida, las regatas en las que ha participado don Felipe. De don Juan Carlos no hay noticias, excepto un rumor que le sitúa de paso en la isla canaria de la Palma lo que confirmaría que el distanciamiento familiar es un hecho, porque en Marivent hay sitio para todos.
Lo que ha podido confirmarse este año es que la herencia de Marivent es un regalo envenenado. El Rey se siente responsable del bienestar de su madre y para que ella pueda disfrutar de la residencia de verano, de alguna manera, se obliga a acudir unos días a la isla para que no se cuestione el uso del palacio. Claro que todos los que hablan de rentabilizar el recinto con propuestas tan disparatadas como abrir los jardines que, desde luego no son los de Versalles, se aplican, al mismo tiempo, en considerar muy positiva la presencia de los Reyes como imagen de la isla. Qué pasaría si, definitivamente, la familia real renunciara al uso de Marivent. Sería un desastre para el turismo de la isla, ya muy fastidiado desde que sus muchos encantos quedan ocultos tras despropósitos como los de Magalluf y su turismo salvaje. En esa tesitura, casi sería mejor que los Reyes aceptaran que no hay más vacaciones posibles que las que puedan pasar en Mallorca, con toda la privacidad que deseen, finalmente no es tan difícil huir de los focos si te dedicas a la vida interior, disfrutando de las instalaciones de Marivent o escapando en una lancha a Cabrera. Con la distinción entre vacaciones oficiales y vacaciones privadas no se resuelve el problema, más parece que su estancia en Mallorca sea solo el peaje para poder escapar.