‘El diario de Jorge’ toma el relevo de ‘Así es la vida’, presentado por Sandra Barneda y César Muñoz. Sandra escribió un precioso post de despedida en Instagram que remataba con unas frases acertadísimas: “Ahora toca soltar. Cerrar capítulo y esperar al siguiente”. Resume muy bien lo que es este trabajo. Tener siempre la maleta preparada. Tanto para deshacerla como para recogerla. No es una profesión para los que quieran tener una vida ordenada. No hay horarios. A veces no hay fines de semana. Tienes que acostumbrarte a vivir con la incertidumbre. Preguntándote a menudo: “¿Y cuánto nos durará este programa?”. Lidiando con el miedo a lo desconocido porque no hay reglas. Por muchos años que lleves nunca tienes la certeza de que algo vaya a funcionar. Y vivir así no lo soporta todo el mundo. No sé si es cosa mía pero cada vez veo a más gente joven en las redacciones y a pocos de mediana edad, por ejemplo.
A los compañeros de ‘Así es la vida’ les toca encontrar nuevo acomodo. Espero de corazón que lo consigan cuanto antes. Durante este último año he hablado varias veces con Sandra Barneda. Coincidimos incluso en la final de ‘Supervivientes 2024’ porque a Laura Madrueño no le daba tiempo a llegar –empezaba el ‘All Stars’– y nos lo pasamos muy bien. Nunca hubiera dicho que Sandra fuera tan tímida. Yo también. La gente piensa que no lo somos porque nos dejamos la piel para luchar contra ese rasgo de nuestro carácter que tanto nos ha marcado.
Nota mental: después del estreno de ‘El diario de Jorge’ intentar no leer nada de lo que se publique. Hacer lo posible para vivir al margen de todo. Al menos, durante los primeros días. Luego ya iré abriendo la veda pero tengo que evitar darle de comer a la inseguridad que pro- voca un estreno. Un programa que empieza y una edición, ‘Supervivientes All Stars’, que acaba. La gana Marta Peñate, a la que muchas encuestas daban por ganadora. Se entregó al concurso y el público se lo recompensó. Disfruté con su alegría y también con los abrazos que le daba Alejandro Nieto. Alejandro encajó la derrota con generosa deportividad. Bravo por él también. Lo bueno que tiene que se cumplan los pronósticos es que las teorías conspiranoicas pierden peso. He llegado a leer algunas que de puro rocambolescas hasta tenían su gracia. Yo no sabía que andaba tanto pirado suelto. Lo de Miguel Bosé es otra cosa. Qué pena que una persona que se ha encargado de refregarnos por la cara su exquisita educación haya acabado abonado al negacionismo. Pienso en sus hijos y me dan pena. Les ha tocado un padre en suerte que está echado a perder.