Ahora me encuentro casi todas las tardes a Mariló Montero en maquillaje porque está cubriendo la baja por maternidad de Marta Flich en Todo es mentira. El jueves pillo a Mariló con unos cascos puestos mientras la maquillan. “¿Qué escuchas?” “Noticias”. “¿Dónde?” “En Antena 3”. “Hija mía, deja de escuchar esas cosas que luego dices lo que dices”. “No tienes que ser así. Se tiene que escuchar todo”. Y yo le digo que no, pero no me da tiempo a explayarme porque tengo que salir pitando. Luego me pongo a pensar que a lo mejor surgía la atracción entre Risto y Mariló y que ambos vivían una apasionada aventura. Me parecería precioso. Yo suspiro porque Mariló, después de trabajar en ‘Todo es mentira’, pase por el proceso que vivió Ninotchka/Greta Garbo. (Por cierto, tengo que volver a ver esa grandísima película. Quizás aprovecho este fin de semana de lluvia para hacerlo). Cómo me gustaría ver a Mariló cantando La Internacional en un acto de Yolanda Díaz.