Viene Raquel Mosquera al ‘Deluxe’ e impregna el plató con un aroma cercano al desasosiego. Ella es muy de Pessoa, pero seguramente no lo sabe. Ataca sin querer –o muy queriendo, tampoco lo tengo muy claro– a Rocío Carrasco por el desapego que la hija de la Jurado le mostró tras la muerte de Pedro Carrasco. Creo que ninguna estaba muy en sus cabales como para hacer las cosas bien.
Raquel tiene todo el derecho a cargar contra Rocío pero tampoco le podemos pedir a esta que siga manteniendo lazos emocionales con quien no le apetece. Sus razones tendrá para vivir como lo hace. Luego está el asunto de los hijos. Desde fuera lo más sencillo es cargar contra Rocío y llamarla “mala madre” y demás sandeces pero no seré yo quien se atreva a opinar sobre este asunto. Conozco muy poco de la historia, prefiero ser prudente y ser consciente de que tomar decisiones no ha debido ser fácil.
De esto y de otras cosas hablo con M., tiene 25 años y estos asuntos le suenan a marcianadas. Le hace gracia que los fans de la Pantoja hagan las camas o pongan la mesa en Cantora, el despiporre sentimental de Rosa Benito –aunque no sepa muy bien de dónde viene el personaje–, y la gallardía de Mila Ximénez.
Le explico que le he contado mi situación sentimental a Massiel y la cantante me ha dicho: “Cuidado porque estás en una edad muy complicada”. M., en vez de animarme, echa más leña al fuego: “Ahora, con las redes, ten en cuenta que cuando estás con alguien este siempre estará buscando por Instagram alguien mejor que tú”. Pues vaya futuro de mierda que me espera.