Me llama Juan Carlos Rubio, autor y director de mis dos funciones, y me dice: “¿Quieres hacer un espectáculo sobre la vida?”. Hay gente en la que confías tanto que le dices que sí a todo. “Sí, claro”, respondo. “Perfecto –continúa él–, estrenamos en marzo del 2020”. Y entonces la felicidad vuelve a mi vida.
Curioso que en tan pocas líneas se haya repetido la palabra ‘vida’. Sí. Toca hablar de ella. De cómo nos enfrentamos a la vida, cómo la vivimos, lo que nos inquieta de ella, lo que nos produce alegría, dolor. De la manera más sencilla posible, de la noche a la mañana, me encuentro con que una de las personas que más admiro en el mundo del teatro cree que estoy preparado para enfrentarme a un espectáculo muy distinto a los dos que he hecho anteriormente.
No tengo miedo, solo ilusión. Ilusión de volver a subirme a un escenario, de ponerme a estudiar, de ensayar, de ponerme nervioso. Me apetece recorrer España con la gira, sentir de nuevo el contacto con el público y más en un formato pequeño como este. Además, está previsto que cumpla cincuenta años –¡cincuenta!– actuando en Barcelona.
Esta semana me hago las fotografías para el cartel y espero mostrároslas la semana que viene. Poco a poco vuelve a recolocarse todo de nuevo. Y ahora, hasta marzo, toca recrearse en vivir la espera, en pensar, imaginar, fabular con lo que sucederá. Que seguro que será bueno, estoy convencido.