Jorge Javier Vázquez

Jorge Javier Vázquez

Fran Rivera
Gtres

"Me ha decepcionado el machismo de Fran Rivera, rancio y viejuno"

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Jorge Javier Vázquez

Escritor, presentador, actor y productor teatral

Hay gente con la que no tienes nada que ver y no puedes evitar que te caiga bien. Todos tenemos a alguien así en nuestra vida. Uno de los míos era Fran Rivera, pero lo tengo en cuarentena después de lo que dijo sobre María Patiño en ‘De Viernes’. Tras escuchar unas críticas que María pronunció en ‘Socialité’, el hijo de Carmina vino a decir que qué puedes esperar de una mujer que le dejaba notitas en el parabrisas de su coche. El comentario es de primero de machismo. Rancio, viejuno.

El entorno de Fran

Lo llega a pronunciar Arévalo y le armamos una buena pero como lo dijo un muchacho bien parecido se lo hemos dejado pasar. Es lo que tiene ser guapo y gente de bien, que se te permite soltar auténticas barbaridades porque formas parte de lo que se conoce como normal: heterosexual, esposo feliz y padre amante de sus vástagos. Y machista. Porque intentar deslegitimar la profesionalidad de una mujer dejando caer que intentaba ligar con él no es atacar a María Patiño sino a las mujeres. Y quien no lo vea así tiene un serio problema. Fran lo tiene. Y por partida doble porque si a una semana vista no ha pedido perdón por un comentario tan bajuno quiere decir que tampoco tiene un entorno que le haya hecho ver que metió la pata hasta el fondo. Es más, es bastante probable que le hayan reído la gracia y hasta aplaudido por poner a Patiño en su sitio. Pero no, Francisco, ya te digo yo que por ahí no es. Además, si fuera verdad lo que dejabas caer sobre María, tampoco es que sea nada del otro jueves. Que levante la mano quien, hace muchísimos años, no quería acostarse contigo. Me incluyo. Pero que yo sepa eso no le resta profesionalidad a nadie.

Fran Rivera
Gtres

Se ha de evolucionar

Sin embargo, fíjate cómo son las cosas: ahora, acostarse con alguien que piensa como tú, lo llevamos casi a escondidas. Te acuestas, claro, pero no lo presentas a una cena de mejores amigos porque a las primeras de cambio te suelta que no entiende por qué no hay día del Orgullo Hetero. Y ya estamos muy mayores para enseñar a gente que no quiere entender. Fran, tú no te mereces pertenecer a ese grupo de amantes de un pasado que siempre fue peor. Porque personas como tú, a las que tenemos presentes desde hace tantísimos años, no se pueden permitir quedarse anclados en el ala más rancia de nuestra sociedad. Porque personas como tú, con tantas posibilidades de aprender y evolucionar, no deben obcecarse y darle la espalda a una sociedad cambiante. Y porque personas como tú, que pertenecéis al sector más privilegiado de la sociedad, no tenéis excusa para no formaros. Ya te digo que a mí me caes bien. Hace muchísimos años que te conozco –vía revistas, televisión– y por eso creo que te tengo algo muy cercano al cariño. Por eso me decepcionó tanto tu comentario en el programa. Pero estoy convencido de que lo vas a arreglar, aunque lo importante de todo esto no es pedir disculpas sin sentirlas sino pedir perdón teniendo muy claro que te has equivocado. Porque aparte de las disculpas que se merece María Patiño hay otra cosa muy importante: ser consciente de todos los cambios que se están produciendo a tu alrededor. Somos demasiado jóvenes para que el tren de la realidad nos vea cómo esas estaciones que no se renuevan y pase de largo, empujándolas al desdén y al inexorable olvido. Nota aclaratoria: entrego este blog el viernes porque por el asunto este de las fiestas cerramos antes. Todo sea que en ‘De Viernes’ salga Francisco Rivera disculpándose con María. Podría ser. Bienvenidas serían las disculpas pero ha tenido toda una semana para hacerlas. Aunque más vale tarde que nunca.

Estar medio malo

Escribo este blog con pijama y abonado al paracetamol. Fue volver de pasar las fiestas con mi familia en Barcelona y caer malo. Una gripe que me ha dejado baldado, con la cabeza a punto de estallar y las articulaciones doliéndome como si no hubiera un mañana. Luego me he enterado de que medio país está así. Pasé un miércoles terrible y el jueves el dolor ya remitió bastante, pero me dejó una tiradez que personalmente disfruto mucho. Tuve que cancelar varias cosas que tenía programadas y lo hice con esa alegría que produce saber que se debe a que estás malo y no a un capricho. Estar medio malo me encanta. Me remite a esa época en la que te quedabas en casa cuidado por tu madre. No había colegio, no había deberes. Todo eran mimos y abrazos. Ponerme malo y tener que quedarme en casa hace que me sienta de nuevo adolescente. En uno de los varios momentos de delirio que tuve estos días pensé: “En otra época esto se hubiera traducido en crecer unos cuantos centímetros”. ¿Os imagináis lo que sería que a los cincuenta despertáramos después de una gripe con tres centímetros de más? Acabo de caer en que no me gusta cómo está estructurada la vida. No es justo que conforme vayamos cumpliendo años aparezcan achaques y dolores desconocidos. Así como pasan los años y la mayoría nos volvemos más sabios, la próxima vida debería contemplar la posibilidad de que nuestros cuerpos no envejecieran con los años. Sería lo justo. Poder seguir disfrutando en plenitud de facultades de un cerebro repleto de experiencia. A ver si el creador que nos toque en nuestra próxima reencarnación tiene más en cuenta estos detalles. Porque después de vivirla algunos años podemos decir que nuestra vida parece diseñada por un creador muy amateur. No estaría de más pedir más refinamiento y delicadeza para la siguiente. Somos el producto de un autor de brocha gorda.