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Con los años se aprenden a manejar situaciones convulsas. Solo con los años. Y hasta que no aprendes, pasarlo mal es parte del proceso. No queda otra. Pero si logras trabajar esos procesos –con la ayuda de profesionales, claro– llega un momento en el que ese tipo de situaciones no solo no te desestabilizan, sino que te ayudan a crecer como persona. La última que he vivido ha sido el encontronazo con Belén.
Hoy sábado, una semana después de que se produjera, los principales periódicos del país siguen hablando de él. Leo solo titulares, pero no el contenido, que es una manera muy básica de protegerme.