Cuando era adolescente me encantaba quedarme en casa para ver el programa matinal de Jesús Hermida. A veces, incluso simulaba enfermedades para no tener que ir al colegio y no perdérmelo. Ya por aquella época despuntaba Irma Soriano con el juego del 'cao', que si no recuerdo mal era como una máquina tragaperras y tenías que conseguir tres “cao”. Tampoco sé qué era el “cao”, o si estaba patrocinado por alguna marca comercial. El caso es que Irma sobresalía entre las demás por su alegría. Luego gozó de una brillante trayectoria en solitario, y ahora está en ‘GH VIP’ con el propósito de relanzar su carrera. Podría convertirse en un personaje de reality de primera línea porque es sentimentalmente exagerada, dramática y un pelín teatrera a la antigua usanza. Pero tiene miedo de exponerse, y en el fondo considera que ella no debería estar en este programa. Hace mal. Mostrarse a medio gas le está impidiendo explotar y llevarse al personal de calle. Su excesivo pudor la está matando.