Me encanta Sofía Suescun aunque haya mucha gente que crea lo contrario. Es una mujer valiente, decidida, trabajadora y con gran olfato para la televisión. A esta clase de perfiles siempre les exijo un poco más en un plató porque yo sé dónde puedo picar para conseguir brillo, de la misma manera que sé donde no debo demorarme demasiado porque hay más sombras que luces.
Sofía pertenece a esa clase de gente que como puede estar sobresaliente no te conformas con que esté solamente bien a secas. De ahí que no le pase ni una. Luego dicen que la riño y mientras escribo esto creo que quién soy yo para afearle un comentario, pero es que a algunos de los personajes con los que trabajas les acabas cogiendo cariño y te preocupas por ellos. Y es lo que me pasa a mí con Sofía. No le dejo que se columpie aunque sé que luego su ejército de fans me pondrán verde y muchas cosas más. Pero desde aquí les digo que no pierdan el tiempo porque no las leo.
Me llegan murmullos de los líos que montan pero, francamente, no les presto mucha atención. Uno de los grandes peligros que tiene la gente joven a la que le va bien en la televisión son esos seguidores que les jalean desde las redes y que jamás cuestionan ningún comportamiento. Pocas cosas hay más dañinas que un fan acérrimo porque siempre te dirá lo que quieras escuchar y escribirá lo que quieras leer. Te impedirán crecer porque estos fans son muy poco generosos. Tienen su idea preconcebida de la persona a la que idolatran y todo lo que sea salirse de esa imagen lo vivirán como una decepción. Y entonces dejarán tirada a esa persona e irán a por otra más dócil y maleable.
Cuidado con los que te siguen a muerte porque esos mismos te darán mañana la patada cuando encuentren a un muñequito que les entretenga más. Sofía tiene madera suficiente para trabajar en televisión. Creo que no está pasando por su mejor momento. La noto desnortada y a veces falta de ánimo.
Los aplausos del ayer se han convertido en abucheos cada vez que abre el pico. Saldrá de este bache fortalecida siempre y cuando sea capaz de preguntarse honestamente en qué se está equivocando. Por cierto, con Gloria Camila forma un dúo cómico insuperable. Las dos están magistrales cuando se toman a guasa su enfrentamiento. Deberían olvidarse de chuminadas y hacerse amigas.