Escribo estas líneas dentro del luto que ha prescrito la presidenta de la Comunidad por la muerte de Isabel II. Lo estoy haciendo en silencio, sin música ni nada, guardándolo en la medida de lo posible.
Me acuerdo de un tuit que decía más o menos algo así: “Pues como se muera el emérito nos va a tener un año encerrados en casa, como a las hijas de Bernarda Alba”. (Me hubiera gustado encontrarlo para citar al autor).
Otro, de @JordiPerez17:
Uno más, de @Osaki_oki:
Otro más y paro. De @breatherangel:
Me está entrando la risa tonta, pero tengo que contenerme porque estamos de luto. La risa va in crescendo cuando recuerdo que la Virgen de Chipiona ha pasado echando leches ante el balcón de la casa de la familia mediática y el pueblo de Chipiona ha roto en aplausos.
Me viene a la memoria el final de ‘Las amistades peligrosas’, cuando se descubre cómo es en realidad la Marquesa de Merteuil –magistral Glenn Glose– y el público asistente en un teatro la abuchea. La familia mediática está mediáticamente –valga la redundancia– como Isabel II. Vuelvo a mi luto decretado por Ayuso. Por la Reina, quiero decir. Los otros me dan igual.