Decía que Pantoja no tiene un buen guionista a su lado. Por ello, solo tenemos que esperar a que meta la pata porque con lo torpe que es seguro que será más pronto que tarde. Una de las grandes tragedias de Isabel Pantoja es su incapacidad para enfrentarse a los problemas. Su legendaria torpeza contribuye a que los programas que le dedicamos se conviertan en un éxito. Otra en su lugar se hubiera enfrentado a las crisis y las habría desactivado con valentía y sentido del humor. Ella las hace más grandes escudándose en el dolor y la ira, caldos de cultivo perfectos para idear programas épicos. Y otra de sus grandísimas losas es que es uno de los pocos personajes que no hace falta que hable para estar en el candelero. Es más, cuando habla solo funciona si está cabreada. A la gente no le gusta verla feliz. Esperamos expectantes, en fin, su próximo movimiento de ficha. Conociéndola, estoy convencido de que será un desastre.