No recuerdo la última vez que P. y yo fuimos a cenar a casa de unos amigos así que el viernes tenía yo un festivo come-come por el cuerpo porque Kiti Mánver nos invitó a la suya. También a Juan Carlos Rubio y a Luis. Por primera vez desde que finalizara “Iba en serio” me juntaba con mi compañera y con mi director. Ellos andan preparando ahora “Sensible”, una función que estrenarán en Avilés y que llegará a los Teatros del Canal de Madrid a finales de septiembre. Reconozco que me daba envidia escucharles. Me acordaba de los ensayos de nuestra función, de los nervios previos al estreno y de lo bien que nos lo pasamos durante toda la gira. De la gracia que me hacía encontrarme en el camerino de Kiti papelitos repletos de notas que luego me trasladaba en forma de acertadísimos consejos. No pude tener mejor compañera en mi debut teatral. Era la primera en llegar al teatro, repasaba minuciosamente que todo estuviera en orden antes de empezar y jamás la vi salir a trabajar a cumplir el expediente. Se dejaba la piel en cada actuación porque entendía que la gente que había pagado su entrada merecía un respeto. Aprendí mucho de ella. Ojalá tenga la suerte de volver a trabajar a su lado. Durante la cena nos reímos muchísimo porque ella ve poco la televisión y no se entera de mi carrera televisiva. Estar con Kiti es un potente remedio contra la vanidad. Después de haber cerrado una de las ediciones más exitosas de Supervivientes Kiti nos preguntó toda cándida si el concurso ese de la isla a la que iban famosos todavía se seguía emitiendo. Tras la correspondiente carcajada de todos los presentes volvió a la carga y quiso saber qué estaba yo haciendo ahora: “Porque vamos a ver, Jorge, tú sigues con el Cuéntame…” Y claro, cuando dijo “Cuéntame” en vez de “Sálvame” las risas se escucharon hasta en Sebastopol. Antes de irnos no pude evitar hacerme una fotografía con el Goya que ganó como mejor actriz de reparto por “Todo por la pasta”. Nos lo pasamos tan bien que prometemos volver a reunirnos en cuanto estrenen la nueva función.