Luis –el director de esta revista- me envía por whatsap el lunes por la mañana la portada de la revista 'Dicen'. Aparecen dos fotos de primer plano de Sandra Barneda y mía con un titular que no deja lugar a dudas: “No se soportan”. Ostras. Al principio me quedó flasheado. En veinte años de carrera creo que es la primera vez que ocupo una portada por algo semejante. Sé que Sandra se manifiesta por Instagram. Yo, sin embargo, opto por permanecer callado. Quiero disfrutar de este momento, saborear lo que significa ser una portada por un motivo reservado a las grandes estrellas, sentir, en fin, que ya he tocado techo en el mundo del papel. Sandra y yo somos, pues, la gran esperanza blanca de la cuatricomía patria. Antes de echarme la siesta –por la noche tengo función en el Lope de Vega de Sevilla- y después de haber bajado ya de la nube envío un mensaje a Barneda. Ella no tarda en responderme. Luego otro y otro más. Con el paso de los días, en internet el asunto empieza a hacerse grande. Algunos de los medios más leídos de este país se hacen eco de la portada de 'Dicen' y no dudan en reproducirla y escribir artículos alusivos. Lo más extraño de todo –o al menos me lo parece a mí- es que nadie se ha puesto en contacto conmigo para conocer mi postura. Repito, nadie. Da que pensar.