Un monólogo, una escenografía austera y una estrella de las tablas. La magia del teatro. Conseguir que una sala llena siga absorta la narración de la vida de la Reina Juana en boca de Concha Velasco. La Reina Juana es Juana La Loca, la hija de los Reyes Católicos. Y la Velasco es una de nuestras más importantes estrellas. Poco importa qué papel desempeñe en un escenario: siempre hay que ir a verla. En Reina Juana se pega un tute de los que hacen historia. Al comenzar la función te coge de la manita –metafóricamente hablando- y te enseña los pasajes más significativos de una mujer, Reina Juana, que desde siempre ha despertado muchísima curiosidad entre nosotros, los españolitos. Al tiempo que disfrutamos con la actuación de Concha nos metemos un chute de historia –que nunca viene mal- y nos trasladamos a esa época en la que era tan importante el honor y el amor. Ahora eso ya no se estila: se lleva más la corrupción y el sexo. Y si está mezcladito con drogas y alcohol, mejor.
Ver a Concha encima de un escenario significa también vernos a nosotros mismos porque ella, queramos o no, forma parte de nuestra vida. Yo, desde el patio de butacas, pensaba que a su edad me gustaría seguir teniendo su fuerza para asumir nuevos retos. Que una mujer que ya lo ha hecho todo y que no tiene que demostrar nada se pegue esas palizas en un escenario es digno de elogio. Cuando acabó la función el teatro se puso en pie y Concha dio la mano –esta vez de verdad, no metafóricamente- a algunos espectadores de la primera fila. Al verme me dijo “pero ¡hombre!, dame un abrazo”. Como todavía tenía los micros abiertos yo me morí de vergüenza porque además tuve que hacer un gran esfuerzo para llegar a besarla. Maldita estatura la mía. Cuando salía del teatro pensaba que por mucho que adelantemos con la tecnología, no hay nada comparable a tener a alguien delante de ti jugando con sus y tus emociones. Recomiendo la función en el Deluxe y el sábado me llama Concha agradeciéndomelo. Todo un detalle. Le digo que estoy en Altea con mi obra y me dice: “Cuidado con el coche”. Es consejo de madre pero también de cómica que se ha pateado España de parte a parte.