Hubo unos años en los que jamás pasaba la Semana Santa en mi casa. Eran aquellos dichosos años en los que ‘Supervivientes’ comenzaba el primer jueves después de estas fiestas. Entonces P. y yo –que por aquel entonces éramos novios– aprovechábamos para largarnos de España y recorrer el mundo. Menudos viajes nos hemos pegado. Qué felices éramos y lo sabíamos. Era otra época. También pertenecen al pasado aquellos tiempos en los que la temporada televisiva comenzaba la segunda semana de septiembre, así que con un poco de suerte podías pasarte dos meses de vacaciones.
Disfrutaré del perreo
Ahora parece que reparten premios por empezar antes. Ya he mirado el calendario: este año el uno de septiembre cae en lunes. La suerte ya está echada. Total, que entre ‘Supervivientes’ y ‘El diario de Jorge’ me toca pasar la semana en Madrid. No me pesa. Aprovecharé para disfrutar de la ciudad y de los amigos. Y también del perreo. No del baile, sino de la modalidad ‘hincado en el sofá’. Qué gusto perder el tiempo frente a la tele. Qué bien me lo paso viendo cosas de Victoria Martín. Cuánto talento tiene esta mujer. Qué divertida. Qué graciosa. Qué mala leche tan bien utilizada. Me gusta cuando hace su podcast, cuando va de invitada a algún sitio, me gusta haga lo que haga. Victoria Martín es para mí lo que el chocolate para los que no tienen sexo.

Carolina Iglesias y Victoria Martín, en Estirando el Chicle
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Particularmente, tiro mucho de Victoria Martín y del chocolate. Confío en que pronto tenga que dejar el chocolate. Le tengo mucha fe a la primavera. Pero una cosa tengo muy clara: aunque tenga sexo jamás me quitaré de Victoria Martín. Me hace mucho bien. Escribe Mercedes Milá en su Instagram que Montoya y Carmen Alcayde son su pareja preferida en ‘Supervivientes’. Sobre Montoya he escrito y seguro que tendré que volver a hacerlo. Quiero hacerlo ahora sobre Carmen, con la que presenté durante cinco años ‘Aquí hay tomate’. Lo nuestro surgió de una casualidad, que suele ser el origen de hechos extraordinarios. Hice el casting para presentar el programa con tres personas.
Iba para reportera
Cuando estaba ya en el coche yendo de vuelta para mi casa me llamaron al móvil para que volviera a Telecinco. Querían que hiciera el casting con una chica que en un principio iba a ser reportera. Se llamaba Carmen Alcayde. Y sí: nuestra conexión fue tan evidente desde el primer momento que esa misma tarde estaba claro que seríamos nosotros los presentadores de ‘Aquí hay tomate’. Fueron cinco años intensos. Excesivos. Arrolladores. Con altísimos picos de felicidad. Y de infelicidad también. El programa tuvo una repercusión para la que ni Carmen ni yo estábamos preparados.
Hubo épocas en las que no nos soportamos. El realizador tenía que hacer auténticos milagros porque había veces que nos caíamos tan mal que no nos mirábamos a la cara. Pero lo importante no es cómo empiezan las cosas sino cómo acaban: casi veinte años después, Carmen y yo seguimos teniéndonos muchísimo cariño. Creo que, profesionalmente, está en su mejor momento.
Supervivientes
Carmen es dinamita en vena
La veo en ‘Supervivientes’ disfrutar como una niña. Jugando. Mojándose. Arriesgando, que es como se tiene que ir a un reality. Carmen siempre ha llevado una folklórica dentro –no en vano ama a El Fary– y la está sacando a pasear con alegría en el programa. Hay quien la ataca criticando su sobreactuación. No estoy de acuerdo. Doy fe de que Carmen es dinamita en vena y si encima se encuentra en una situación tan extrema como la que se vive en Honduras el resultado es lo que estamos viendo: un mujer en perpetuo estado de mascletà. Un auténtico regalo para un programa de televisión. Me alegra mucho verla currándose su presencia en un programa de éxito. Todavía queda mucho pero si sigue por este camino Carmen Alcayde merece llegar a Madrid en helicóptero como finalista.
Las idioteces de Bosé
Mientras Carmen está en su ‘prime’, Miguel Bosé no toca fondo. Ha vuelto a nuestros vidas para anunciar, creo, una gira. Y ha aprovechado para pasearse por algunas televisiones y soltar idioteces de un calibre considerable. No es necesario reproducirlas porque significa seguir dándole voz a alguien que la perdió hace mucho tiempo. Como la cabeza. Me importa poco que Bosé naufrague entre sus chaladuras aunque tengo que reconocer que desde que le dio por predicar sus presuntas buenas nuevas me da bastante pereza escuchar alguna de sus canciones. Es una sensación rara, me siento como estafado.
De todo el ‘Bosegate’ lo que de verdad me preocupa son sus hijos. No debe ser fácil criarse con un señor que se levanta y se acuesta pensando en absurdas conspiraciones y pasa el resto del día compadeciendo a la humanidad por no tener una mente tan preclara como la suya. Hay quien le aplaude cuando asegura que en los setenta había mucha libertad. Para todos aquellos que lo hagan les recomiendo el documental ‘Mucha Mierda’, en Movistar, en el que se habla de la huelga que llevaron a cabo los actores españoles en 1975 por conseguir mejoras laborales. Hay en ese documental mucha dignidad y mucho orgullo. Gente que incluso acabó en la cárcel. Nada que ver con Miguel Bosé, que está ya para el desguace. No sigamos riéndole las gracias. Es malo para él y letal para sus hijos.