Jorge Javier Vázquez

Jorge Javier Vázquez

Anabel Pantoja blog JJ
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Anabel Pantoja está rara. Ahora está siempre cabreada

Está rara Anabel. Muy rara. No sé si ella se da cuenta, pero ya no es la que era. Antes se reía mucho y ahora está permanentemente cabreada. Diríase que el gen Pantoja está adueñándose de ella y se enfrenta a la realidad imaginando que el universo se confabula para hacerle la vida imposible. Anabel es consciente de que su personaje tira y en demasiadas ocasiones hace gala de unas maneras que no la benefician. A nivel profesional es una joya contar con un personaje así: inseguro, soberbio, mandón y a veces orgulloso. Es como una continuación de su tía pero sin su talento, es decir, una auténtica locura andante con patas. Ella ya se ve personaje y no satélite de ningún familiar –ya sea tía, primo o prima– y comete todos y cada uno de los errores de los personajes principiantes que se dan de bruces con la popularidad. A mi programa le va de cine, pero a ella toda esta historia le hace sufrir demasiado. Sin embargo, el sufrimiento no le hace recapacitar. Quiere ser feliz sin variar ningún detalle de su comportamiento y eso es imposible. Ojalá se cuidara tanto por dentro como lo hace por fuera. Le presta más atención a hacerse una foto para su Instagram que a cuidar su alma. Y así, querida Anabel, no hay quien salga de ese pozo en el que irremediablemente vas a caer tarde o temprano. Y no me refiero precisamente al luminoso Pozo Izquierdo –su lugar en el mundo, en Gran Canaria–, sino a ese lugar oscuro y triste en el que acaban las personas que no son capaces de preguntarse qué hacen mal en sus vidas.