La transformación física de Rocío Flores no cesa. A sus 25 años y después de haber pasado por quirófano hasta en dos ocasiones para mejorar la apariencia de su pecho y realizarse una lipoescultura para moldear su silueta, la hija de Rocío Carrasco ha conseguido el cuerpo de su sueños y no duda en presumir de él en la playa o en la piscina sin complejos. Sin embargo, parece que ese mantenimiento requiere de una serie de tratamientos estéticos que repite de manera semanal para conseguir su mejor versión.
Tal y como ha compartido en su perfil de Instagram, Rocío Flores se realiza de manera periódica sesiones de radiofrecuencia Indiba en el abdomen. La colaboradora de televisión está encantada con los resultados de este novedoso y revolucionario tratamiento con el que se consiguen buenísimos resultados sin invasión alguna, exclusivamente con la radiación que la aparatología somete sobre la zona a tratar al incrementar la temperatura interna del tejido de forma natural, en el caso de Rocío la tripa.
La radiofrecuencia corporal ayuda a desinflamar la zona, mejora la elasticidad de la piel y favorece el drenaje. Pero no solo eso, tal y como hemos podido saber se trata de un tratamiento muy efectivo que, además, ayuda disminuir la antiestética celulitis, reducir la grasa localizada gracias a su efecto moldeador, a la vez que reafirma y tensa la zona tratada tal y como se puede ver en la imagen.
El cambio de Rocío Flores en los últimos meses es impresionante. La joven está encantada con su nueva silueta y no piensa dejar de trabajar por lograr su mejor versión ahora que puede presumir de curvas, ha ganado definición en su cintura, además de la pérdida evidente de volumen. Eso sí, el deporte es algo que todavía se le hace cuesta arriba.