Tomar el sol puede potenciar el fotoenvejecimiento así como dañar la piel haciendo que aparezcan manchas, arrugas, deshidratación... Por eso, es clave aplicarse crema con protección solar durante todo el año y sobre todo en la zona del rostro donde la piel es aún más sensible y delicada. Lo ideal es no tomar nunca el sol en la cara y además de aplicar crema protegernos con sombreros y evitar que los rayos den directamente en el rostro para que la piel esté bonita y más joven (tanto en verano como el resto del año). Por eso, usar polvos bronceadores para dar color al rostro es clave en la rutina en la vida de cualquier mujer. Hay muchísimos tipos de polvos bronceadores pero Rosa Benito tiene unos favoritos y no puede vivir sin ellos.
Rosa Benito cuida mucho su piel y estos polvos de Germaine de Capuccini -su firma de maquillaje favorita- se han convertido en un imprescindible de su rutina de belleza diaria. Es uno de los mejores productos para lucir un moreno natural sin tomar el sol. Los de Rosa Benito son compactos y en dos tonos 'vitaminados' con acabado dorado e iluminador. Además cubre pequeñas imperfecciones al mismo tiempo que sube el tono y deja la piel muy jugosa. Su efecto 'antiedad' es inmediato y por eso son los favoritos de mujeres de más de 50 y 60 años.
Hay muchos tipos de polvos de sol y depende mucho del acabado que se desea conseguir (así como del tipo de piel, la edad...). Puede ser un acabado glow, satinado, mate, más frío o cálido...A partir de los 60 es clave usar unos polvos satinados para que la piel no se vea más seca ni con las líneas de expresión o arrugas muy marcadas. En el caso de Rosa Benito usa estos polvos que afinan la textura de la piel con un acabado más luminoso, como bañado por el sol y con un aspecto saludable todo el año.
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42 euros, (de Germaine de Capuccini)
Lo más interesante de estos polvos bronceadores de Rosa Benito es que tienen protección solar de 15 y que puede usarse de distintas formas más conseguir varios efectos. Se puede broncear la cara, pero también contornear o iluminar ciertas zonas -como la zona alta de los pómulos- jugando con los dos tonos.