Cualquier rutina de bellezadebería tenerlos, y a la hora de escoger el mejor sérum son muchos los factores que entran en juego, tales como tu tipo de piel, tus necesidades y todo aquello que quieras mejorar. Es un producto que pueden usar todo tipo de pieles, desde las de 20 hasta las 60. No obstante, también has de ser consciente con una cosa: no todos son iguales.
Es más, aún hay quien tiene dudas sobre su manual de uso: para qué sirven, cuándo y cómo usarlos, y cuáles son sus beneficios. Además, hay miles de errores (muy fáciles de cometer) que entorpecen cómo funcionan correctamente. Por eso hemos hablado con los mejores expertos para tener la guía completa de cómo usar este cosmético que arrasa allá donde va.
¿Qué es un sérum y para qué sirve?
Es el cosmético favorito de muchas, y no nos extraña, ya que “es una formulación cosmética de textura ligera, tamaño de partícula pequeño y alta concentración de principios activos”, nos explica Estíbaliz Lancha, farmacéutica y la fundadora y formulista de Mi Rebotica. Por tanto, estamos hablando de un tratamiento con textura fluida que resulta más potente y que tiene una liberación de ingredientes en la piel que resulta más eficiente.
Además, tal y como nos cuenta Raquel González, cosmetóloga y directora de dermocosmética en Perricone MD, son muy recomendables ya que, “mientras que la crema busca cuidar y aportar confort, el sérum es más eficaz para tratar cuestiones concretas”.
Beneficios de los sérums en la piel
Cualquier experto se pone de acuerdo en que los sérums tienen muchos beneficios, y aunque depende en gran medida del tipo de sérum que escojas (y de las necesidades de tu rostro), un buen tratamiento de estas categorías siempre destacará por:
- Aportar hidratación profunda. Los sérums faciales suelen contener ingredientes hidratantes como el ácido hialurónico, que penetran profundamente en la piel para proporcionar hidratación de larga duración.
- Aportar antioxidantes. Muchos sérums faciales contienen antioxidantes como la vitamina C o la vitamina E, que ayudan a proteger la piel del daño causado por los radicales libres y los rayos UV, previniendo el envejecimiento prematuro de la piel.
- Reducir arrugas y líneas finas, ya que incluyen ingredientes como el retinol o los péptidos, que pueden ayudar a estimular la producción de colágeno y elastina en la piel, lo que puede reducir la apariencia de arrugas y líneas finas.
- Dar uniformidad a la piel. Los sérums faciales con ingredientes como la niacinamida o el ácido glicólico contribuyen a reducir la apariencia de manchas oscuras, decoloración o hiperpigmentación, lo que puede mejorar la uniformidad del tono de la piel.
- Mejoran la textura general de la piel, sobre todo si contienen ingredientes exfoliantes suaves que eliminan las células muertas de la piel y la dejan suave y tersa.
- Reducen la inflamación. Hablamos de aquellos con ingredientes antiinflamatorios como el extracto de aloe vera o la camomila, entre otros, que calman la piel irritada o inflamada, reduciendo el enrojecimiento y la sensibilidad.
- Se absorben mejor y son más potentes. Suelen tener una textura ligera y una alta concentración de ingredientes activos, lo que los hace ideales para aplicar antes de otros productos para el cuidado de la piel, ya que pueden ayudar a mejorar la absorción de estos productos.
Tipos de sérum más comunes y para quién están recomendados
“Hay millones y cada vez más específicos. Los más habituales son aquellos destinados a cubrir dos preocupaciones fundamentales: la hidratación y los signos de la edad. Por ello, los más habituales suelen ser ricos en activos como el ácido hialurónico, la vitamina C y el retinol u otros derivados similares”, acuña Sonia Ferreiro, biotecnóloga y cosmetóloga en Byoode. No obstante, no son los únicos y estos son los favoritos que se adaptan a las pieles más exigentes:
- Sérums hidratantes. Perfectos para proporcionar una hidratación profunda a la piel. Suele contener ingredientes como el ácido hialurónico, glicerina o ceramidas, que ayudan a retener la humedad en la piel y mantenerla suave y flexible.
- Sérums antioxidantes. Están diseñados para proteger la piel del daño causado por los radicales libres y los factores ambientales como la contaminación y los rayos UV. Suelen incluir ingredientes como la vitamina C, vitamina E, coenzima Q10 o extracto de té verde, que ayudan a neutralizar los radicales libres y a prevenir el envejecimiento prematuro de la piel.
- Sérum antiarrugas o antiedad. Están formulados para reducir la apariencia de arrugas y líneas finas, y para mejorar la firmeza y elasticidad de la piel. Suelen contener ingredientes como el retinol, péptidos, ácido hialurónico o colágeno, que estimulan la producción de colágeno y elastina en la piel, reduciendo así los signos del envejecimiento.
- Sérums iluminadores. Su principal función es mejorar el brillo y la luminosidad de la piel, así como para reducir la apariencia de manchas oscuras o decoloración. Suelen contener ingredientes como la niacinamida, vitamina C, ácido kójico o extracto de regaliz, que ayudan a igualar el tono de la piel y aclarar las manchas oscuras.
- Sérums exfoliantes. Contienen ingredientes como ácidos alfahidroxiácidos (AHA) o ácidos betahidroxiácidos (BHA) que ayudan a eliminar las células muertas de la piel y a mejorar su textura y luminosidad. Son ideales para tratar problemas como poros obstruidos, piel opaca o manchas de acné.
- Sérums calmantes. Ideales para pieles sensibles, están formulados para calmar y aliviar la piel irritada, sensible o inflamada. Generalmente, incluyen ingredientes como aloe vera, camomila, centella asiática o extracto de pepino.
¿Cómo se aplica correctamente un sérum en la rutina de cuidado de la piel y en qué paso?
Depende, y de varios factores. Lo estándar es aplicarlo entre el tónico y la crema. No obstante, “esto va ligado a la permeabilidad de la piel en cada fase de la rutina. Si aplicamos más de un sérum, lo normal es ir de las texturas más ligeras y acuosas a las más densas y oleosas. Si aplicamos antes un aceite, luego lo acuoso no penetrará bien en el tejido”, añade Mireia Fernández, directora de dermocosmética en Omorovicza.
¿Cuáles son los errores comunes al usar un sérum y cómo evitarlos?
Desde Mi Rebotica son claros. A la hora de usar un sérum (y da igual el tipo que sea), debemos evitar estos errores a toda costa:
- Aplicarlo sobre la piel sucia. Esto es un error porque el sérum puede no penetrar adecuadamente en la piel si hay suciedad, aceite o maquillaje obstruyendo los poros. Asegúrate siempre de limpiar y secar tu rostro antes de aplicar el sérum para garantizar una absorción óptima.
- Aplicar varios sérums en el mismo paso de la rutina. Aplicar varios sérums a la vez no tiene sentido, ya que solo el primero que apliques se absorberá completamente. Es mejor aplicar un sérum a la vez y esperar unos minutos entre cada aplicación para permitir una absorción adecuada.
- Tocar con la pipeta la piel del rostro. Esto puede introducir bacterias en el producto, contaminándolo. ¡Y no queremos eso! Siempre es mejor dispensar el sérum en la palma de la mano y luego aplicarlo en el rostro con las yemas de los dedos.
- No utilizar la cantidad adecuada. Y hablamos de más y de menos. En ambos casos, es contraproducente.
- Aplicarlo en el orden incorrecto. La secuencia en la que aplicas tus productos de cuidado de la piel es crucial para garantizar su efectividad. Los sérums suelen tener una consistencia ligera y se absorben fácilmente, por lo que es mejor aplicarlos antes de las cremas o aceites más densos para que puedan penetrar profundamente en la piel.
Cómo comprar el sérum perfecto
Lo más simple (y efectivo) siempre será dejarse asesorar por algún experto, ya sea dermatólogo, farmacéutico o facialista. “Son gente sumamente preparada. También hay servicios de prescripción online, como es el caso de Bespoke Beauty, que se realiza mediante cuestionario y videollamada en plataformas como Purenichelab.com”, cuenta Ana Yuste, asesora facial en Pure Niche Lab.
No obstante, también es primordial escuchar a tu piel, ser consciente de sus necesidades y de consentirla en todo aquello que necesite. “El sérum perfecto será aquel que haga un abordaje 360 de aquello que queramos conseguir para nuestra piel. También hay que ser coherente. No tiene sentido utilizar un sérum antiedad a los 20, ya que no necesitas la mayoría de los ingredientes que incluye, tampoco usar un sérum hidratante con 50. Hidrata la piel, sí, pero se queda corto”, concluye la farmacéutica.