Una rutina de belleza completa no solo precisa de una doble limpieza, un tónico, un sérum, un contorno de ojos y de la hidratación como paso final. Existen otros cosméticos imprescindibles como es el caso del exfoliante. Y aunque no se usa de manera tan habitual, lo cierto es que es esencial para mantener la piel sana e incluso para que el resto de productos aplicados funcionen correctamente.

De hecho, la exfoliación es un paso en el que hacer hincapié en esta temporada. Como comenta Lucía Altozano, farmacéutica titular de Skinpharamcy Jorge Juan 34, es que durante el verano somos más conscientes aplicando fotoprotección solar y de mantenernos hidratados pero una vez llega el otoño, bajamos la guardia y se agudizan algunos problemas de la piel. “El sol aún es lo bastante fuerte como para causar un deterioro importante y se sufre una fuerte deshidratación en parte promovida por los meses anteriores de verano. Reparar y exfoliar la piel es un paso esencial que podemos incorporar a nuestra rutina de belleza de otoño en casa”, explica la experta. Y aclara: “Es un paso imprescindible a partir de los 35 años, cuando el proceso de renovación celular se ralentiza y se tiende a acumular más impurezas”.

Los beneficios de exfoliarse la piel

La exfoliación, que se recomienda hacer una vez cada dos semanas, tiene un control directo sobre el sebo, las arrugas finas, la reducción del poro y la oxigenación de los tejidos, lo que se refleja en el aspecto y la elasticidad de la piel. Es decir, es un paso imprescindible que no debes obviar y que es uno de los grandes olvidados. Y si no tienes del todo claro por qué, atenta a los beneficios:

  • Promueve la renovación celular: Al eliminar las células muertas de la piel y mejorar la formación de células nuevas y saludables, hará que nuestra piel se vea más fresca y luminosa.
  • Hidratación y rutinas de belleza más efectivas: La exfoliación de rostro y cuerpo prepara la piel y mejora la absorción de otros cosméticos como hidratantes y sérums antimanchas, incrementando los beneficios y fortaleciendo la defensa natural. 
  • Poros afinados y prevención de otros problemas cutáneos: Y es que la acumulación de células muertas obstruye los poros, lo que a menudo conduce a la formación de imperfecciones y brotes. Una exfoliación suave puede ayudar a prevenir diversos problemas de la piel y a mostrar un tono homogéneo al disminuir las manchas.
  • Mejora la microcirculación de los tejidos: Aumenta la circulación sanguínea lo que contribuye a una piel más oxigenada y saludable de aspecto vital y tono energizante.

Los tipos de exfoliantes

¿Te hemos convencido? Si la respuesta es sí, debes saber que existen dos tipos de exfoliantes. El primero de ellos, es la exfoliación química, que a base de una combinación de ácidos AHA, que son los alfa-hidroxiácidos, exfolian sin necesidad ser frotados en modo alguno, ya que desprenden las células muertas una vez actúan y se retiran generalmente con agua. El segundo tipo es la exfoliación mecánica, que es aquella que contiene pequeñas partículas y granulado y que al frotar suavemente con movimientos circulares desprende y arrastra las impurezas.

Esta última es la recomendada en pieles grasas, ya que no penetran demasiado en capas profundas, evitando una reacción. Además, estos tipos de exfoliantes tipo scrub son los favoritos para usar también en el cuerpo, no solo en el rostro. Y para ello, últimamente están triunfando los polvos exfoliantes.

Qué son los polvos exfoliantes

Se trata de una opción cómoda y eficaz de exfoliar la piel que destaca por ser menos agresiva. De hecho algunas de las opciones disponibles en el mercado se pueden aplicar a diario. Su formato se caracteriza y diferencia del resto de exfoliantes mecánicos en que viene dispuesto en forma de polvo que, al entrar en contacto con el agua, se convierte en espuma. Será como limpiar el rostro de una manera mucho más profunda.

Cómo usar el polvo exfoliante

Para aplicarlos correctamente, lo primero que tienes que hacer es humedecer ligeramente las manos antes de aplicar el producto y repartir el polvo. También puedes coger una pequeña cantidad polvo y añadir unas gotas de agua para después mezclarlo.  Tras ello, deberás aplicar el mejunje obtenido por toda la cara y masajearlo suavemente mediante movimientos circulares, de dentro a fuera y enjuagar con agua. Recuerda que para un efecto mayor, debes incidir sobre las aletas de la nariz, la barbilla, la frente y los bordes de los orificios nasales. Y ten cuidado con zonas sensibles como el contorno de los ojos y la boca, las cuales deberás evitar.

Los polvos exfoliantes más vendidos y recomendados