El cambio de temporada implica adaptarse a nuevas temperaturas, rutinas y quehaceres. Solemos hacer el cambio de armario, nos cortamos el pelo para sanear y despedir el verano e incluso nos apuntamos nuevos propósitos como puede ser hacer deporte o aprender un idioma. Pero no solo eso, la llega del otoño también implica cambiar muchas cosas de las que usábamos en verano como puede ser el maquillaje y el perfume.
Y sí, este último es de lo que te queremos hablar hoy. Durante la época estival, optamos por fragancias más fresquitas y suaves que vayan acorde con las altas temperaturas. Sin embargo, en el otoño pegan más perfumes más cálidos, amaderados e incluso intensos. Por ello, si estás pensando en cambiar tu aroma favorito por uno más otoñal, te dejamos unas propuestas que, además, destacan por ser muy duraderas. ¡Fíchalas y escoge tu favorita!
Los trucos para que el perfume dure más
Y aunque hay fórmulas que perduran más en el tiempo, lo cierto es que para que un perfume sea muy duradero también es importante saber cómo aplicarlo. Por ello, con la ayuda de Equivalenza, te dejamos unos pequeños tips que te permitirán disfrutar más de tu perfume favorito durante la temporada e impactar en todo lugar con tu aroma.
- Evita pulverizar el perfume por la ropa o en el pelo. La ropa podría dañarse, especialmente tejidos, y en el caso del cabello se recomienda elegir fragancias específicas para ello.
- No agites el perfume antes de usarlo, así impides que se descomponga su fórmula y alteren sus componentes.
- No guardes tu perfume en el baño. Para conservar el perfume, se deben evitar zonas húmedas como el baño y la exposición directa de la luz solar, ya que lo puede dañar y -en el peor de los casos- evaporar.
- Aplica una loción corporal sin olor antes de colocarte el perfume. Cuando la piel está hidratada, especialmente cuando nos aplicamos una crema nutritiva, el perfume se adhiere mejor, especialmente tras la ducha que es cuando la piel ya está seca, pero con los poros abiertos. Es el mejor momento.
- Aplica perfume en los puntos de pulso. Recuerda siempre que “la piel es la que manda”. Hay muchos actores de nuestra piel que alteran el olor: genética, alimentación, estilo de vida, alcohol, tabaco, piel más grasa o seca, clima seco o húmedo. Debes aplicar siempre en la zona de pulsos sanguinos altos (muñecas, por ejemplo); recuerda además nunca frotar las muñecas, ya que este gesto altera las moléculas del perfume y puede modificar su aroma.