Rainiero y Grace Dicen que el enlace fue una maniobra comercial de Rainiero, aconsejado por Onassis, que buscaba ‘poner en el mapa a Mónaco’, pero las cartas que los novios se cruzaron durante su año de noviazgo certifican que, al menos aquel 19 de abril de 1956, su amor era sincero. Grace Kelly vistió un traje convertido en icono, regalo de los estudios Metro-Goldwyn-Mayer y diseñado por Helen Rose, ganadora de dos Oscar. Casi 25 años después Grace moriría trágicamente, pero para entonces ya había asumido que reinar en Mónaco era una faceta más de su gran pasión: la actuación. Marisol y Carlos Goyanes La boda de Marisol con Carlos Goyanes el 16 de mayo de 1969 fue un acontecimiento nacional. Ella era la niña de España, y él, el hijo del productor Manuel Goyanes, su descubridor a la edad de 11 años y quien se la había llevado a Madrid a cambio de un ‘pago y señal’ de 40.000 pesetas a sus humildes padres. El enlace se celebró en la iglesia de San Agustín, en la exclusiva zona de la Colonia El Viso de Madrid. La novia tenía 19 años, y una multitud de fans de casi 4.000 personas provocó que casi no pudiera la novia acceder al templo. A la salida, la muchedumbre arrancaba trozos de su vestido –muy moderno, con capucha a modo de velo–, que terminó hecho jirones. Más o menos como aquel matrimonio, que no llegó a los tres años y durante el cual la actriz sufrió varios abortos. Sofía y Juan Carlos El príncipe Juan Carlos de Borbón y la princesa Sofía de Grecia se casaron el 14 de mayo de 1962 en Atenas. Como en Grecia no había aún televisión no pudo retransmitirse en directo el enlace, celebrado en tres actos: primero hubo una boda católica oficiada en castellano en la catedral de San Dionisio; una hora después, otra ortodoxa, en griego, en la catedral de Santa María; y finalmente un enlace civil, en latín, celebrado en el salón del trono del Palacio Real griego. La novia, con un diseño de Jean Desses, lloró durante la primera ceremonia porque olvidó pedir permiso a su padre, como manda el protocolo, antes de dar el sí. Los impedimentos Franco había puesto impedimentos a la idea de don Juan Carlos de casarse, años antes, con quien se dice que ha sido su gran amor, María Gabriela de Saboya, una princesa italiana considerada demasiado moderna, por lo que los condes de Barcelona no comunicaron el compromiso con Sofía al dictador hasta el último momento. En España los medios, bajo el influjo de la censura, apenas cubrieron el enlace, y muchos consideraban a Sofía, que no hablaba castellano, poco menos que una hereje. Fabiola y Balduino El 15 de diciembre de 1960, Fabiola se casaba, vestida de Balenciaga, con Balduino de Bélgica, el rey triste, y los españoles acudieron en masa a comprar televisores para seguir la boda. Los novios, unidos por una profunda fe, no lograron tener hijos. Tras cinco abortos y tres décadas juntos, Balduino murió en Motril (Granada), donde veraneaba: Fabiola vistió de blanco para llorar al amor de su vida. Carmen Sevilla y Augusto Algueró Se casaron el 23 de febrero de 1961 en la basílica del Pilar y la boda de la década colapsó Zaragoza, lo que obligó a la policía a intervenir para evitar que los 300.000 curiosos cercaran a la novia, vestida por Pertegaz. “Estaba totalmente enamorada de Augusto”, confesó Carmen. Lástima que el exitoso compositor fuera un mujeriego del que acabó divorciándose trece años después. Raphael y Natalia Figueroa Raphael había dicho mil veces que no quería que su boda fuera una verbena, y Natalia, igual. “Queremos una boda íntima, de familia”. De ahí que la ceremonia se montara en secreto y que resultase harto difícil averiguar la fecha exacta y el lugar elegidos. Finalmente, el 14 de julio de 1972 en Venecia. Raphael se vistió solo. Traje negro, pero con chaqueta a modo de chaqué de su sastre, Cristóbal. Natalia, un traje en pique, de línea muy sencilla, con volantes. Muy flamenco. El cabello suelto y como único adorno, una flor de organza a juego con el vestido, que era de Herrera y Ollero, sus modistas de siempre. Carolina y Philipe Junot Carolina de Mónaco tenía 21 años cuando, ataviada con un cándido Dior, se casó con Philippe Junot, hijo de un magnate, vividor de profesión, 17 años mayor y aire triunfador, aquel 29 de junio de 1978. Rainiero y Grace aguantaban el tipo como podían y se preguntaban cómo su rebelde hija había podido salirse con la suya. Dos años después, varias infidelidades de él acabaron con un matrimonio que fue, según Carolina, una “locura de juventud”. Julio Iglesias e Isabel Preysler Isabel Preysler era una desconocida chica filipina de 19 años y de buena familia cuando se casó en Illescas con un joven cantante, Julio Iglesias, que se había enamorado de su belleza y elegancia. “Me pasé toda la boda llorando”, reconocería ella. No quería casarse tan pronto, pero estaba embarazada. El matrimonio terminaría tras siete años y tres hijos a causa de las infidelidades de él. Rocio Jurado y Pedro Carrasco Rocío Jurado se casó en el santuario de Regla (Chipiona) con Pedro Carrasco, campeón mundial de boxeo, el 21 de mayo de 1976. Ella salía de catorce años de relación con Enrique García Vernetta, quien no quería casarse. Seis meses después de romper con este, bien por un flechazo instantáneo o por despecho, se unía a Pedro en una boda tan multitudinaria que tuvo que entrar en la iglesia a hombros. Isabel Pantoja y Paquirri La tonadillera y el torero se casaron en Sevilla ante el Jesús del Gran Poder el 30 de abril de 1983. Ella lucía un vestido con siete metros de cola y un velo de tul ilusión, él, de corto, y los hijos de su matrimonio con Carmina Ordóñez, Francisco y Cayetano, llevaban las arras. La boda no estaba exenta de polémica. Tras divorciarse de Carmina, Paquirri inició una relación con Lolita Flores, amiga íntima de la primera y también de Isabel Pantoja, que solía frecuentar a la pareja hasta que, a su vez, se ennovió sorpresivamente con Paquirri, lo que rompió el corazón a la hija de La Faraona. Lolita y Guillermo Furiase Es una de las bodas más memorables de todos los tiempos, por las razones equivocadas. El desmadre de la boda de Lolita, acontecido en la iglesia de la Encarnación de Marbella el 25 de agosto de 1983, tuvo como testigos a todo el quién es quién de nuestro famoseo patrio: Massiel, Rocío Jurado (que entregó 5.000 pesetas a los novios) y Pedro Carrasco, Carmen Sevilla, Carmina Ordóñez, Paquita Rico y hasta Tita Cervera, acompañada por el barón Thyssen Lady Di y Carlos de Inglaterra Alrededor de 750 millones de personas vieron en sus televisores el 29 de julio de 1981 cómo el heredero del trono de Inglaterra se casaba con Diana Spencer, doce años menor, que llegaba a la iglesia en una carroza de cristal y enfundada en un romántico vestido con 25 metros de cola. Poco imaginábamos el final de aquel cuento: las diez mil perlas de su vestido se convertirían en diez mil lágrimas de decepción para la inocente Diana al descubrir que su príncipe era más bien rana y en su matrimonio había otra mujer llamada Camila que no tuvo boda de cuento pero terminó llevándose al heredero. Fran Rivera y Eugenia Martinez de Irujo La de Francisco Rivera y Eugenia Martínez de Irujo fue una boda que unió dos clanes de prestigio: el de la casa más noble de España con la familia taurina de mayor estirpe. Celebrada el 23 de octubre de 1998, puso en una misma foto a dos reinas del corazón: Carmina Ordóñez y la duquesa de Alba, una apasionada del toreo y del novio. Se cuenta que Eugenia, vestida por Ungaro, se negaba a ponerse la tiara de perlas y brillantes que su madre llevó en su boda. La duquesa, como siempre, se salió con la suya, pero no pudo evitar que Mar Flores acudiera al enlace como pareja del padrino, Cayetano Martínez de Irujo, ni que el matrimonio de Eugenia y Francisco se rompiera solo cuatro años después y con una hija en común. Vicky Martín Berrocal y 'El Cordobés' Tras cuatro años de discreto noviazgo su boda en Sevilla destacó, el 24 de octubre de 1997, por la alegría de los novios. Manuel Díaz tiró la casa por la ventana (regaló a Vicky un Mercedes) y alquiló todos los coches de caballos de Sevilla para los invitados. Sin embargo, poco duró el amor. En 2001, pocos meses después del nacimiento de su hija, Alba, se separaban, aunque sin dejar de mantener una ejemplar amistad. Rocio Jurado y Ortega Cano Rocío Jurado contrajo a los 49 años segundas nupcias con el torero José Ortega Cano el 17 de febrero de 1995 en su finca Yerbabuena. La novia se hizo esperar nada menos que hora y media, algo comprensible viendo su elaborado estilismo. El banquete fue memorable, sobre todo porque el novio regaló a sus invitados el famoso canto de “¡estamos tan a gustito!”. Guillermo y Kate Cuando Lady Di falleció, la imagen de su hijo, de luto con traje y corbata negra llorando a su madre, nos rompió el corazón. Por eso la alegría embargó a medio mundo cuando, el 29 de abril de 2011, Guillermo contrajo matrimonio con su novia de siempre, Kate Middleton, en la abadía de Westminster, en una ceremonia muy emotiva marcada por la cercanía y sencillez de los novios y, también, por el omnipresente recuerdo de la gran ausente, una Diana que habría disfrutado como nunca de ese día. Victoria y Daniel de Suecia Victoria de Suecia se casó con Daniel Westling el 19 de junio de 2010 en la catedral de San Nicolás de Estocolmo, justo 34 años después de la boda de sus padres en ese mismo lugar. Ella, igual que el rey Carlos Gustavo en su momento, debió vencer la oposición familiar a que se casara con un plebeyo, pues Daniel era el dueño y entrenador del gimnasio al que acudía la princesa. Hoy la pareja es feliz junto a sus dos hijos, Estelle y Oscar. Maxima y Guillermo La argentina Máxima Zorreguieta y Guillermo de Holanda contrajeron matrimonio el 2 de febrero de 2002 en Amsterdam en medio de gran tensión: el padre de ella fue ministro del dictador Videla, y por ello muchos holandeses se oponían a la boda. Finalmente triunfó el amor y se celebró la boda sin la presencia de los padres de ella. Hoy, 14 años después, Máxima es por su simpatía la más querida por los ciudadanos. Duquesa de Alba No es fácil decirle que ‘no’ a una mujer que sabe lo que quiere. Incluso si tiene 85 años y cinco hijos que se oponen obstinadamente a su tercera boda. Ella fue Cayetana de Alba, la persona con más títulos nobiliarios del planeta, una mujer que tuvo que repartir en vida su herencia y luchar contra viento y marea para casarse con Alfonso Díez, un discreto funcionario 25 años menor que le dio una impensable felicidad en los últimos años de su vida, tanta como para arrancarse a bailar sevillanas a las puertas del palacio de Dueñas al concluir el enlace. Belén Esteban y Fran Alvarez Allá por 2008 Belén Esteban estaba triste. Quería casarse con Fran Álvarez, un amigo de su barrio, camarero de profesión, con el que había iniciado un noviazgo tres años atrás, y ningún diseñador estaba dispuesto a confeccionar su traje de novia. Fue Ana Rosa quien, al final, la acompañó a El Corte Inglés a comprarse el vestido soñado. El 27 de junio lució elegante y discreta, feliz junto a su hija Andrea, que llevó las arras, rodeada de su familia y un montón de amigos, la mayor parte profesionales de la prensa del corazón. Lástima que su matrimonio (el único hasta la fecha) no durara más de cuatro años. Letizia y Felipe Llovió a mares aquel 22 de mayo de 2004 en Madrid en que Felipe de Borbón, príncipe de Asturias, y la periodista Letizia Ortiz contrajeron matrimonio. Debido al mal tiempo hubo menos público del previsto en las calles y, también, quedó deslucido el desfile de invitados, que tuvieron que entrar en la catedral de La Almudena ocultos bajo paraguas, pero ni eso ni las travesuras de un Froilán vestido de paje empañaron la emotividad de un día que, como diría Letizia en el balcón del Palacio Real al oído de su ya esposo, fue muy hermoso. ,