Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS
No pueden estar más mimetizados con su nuevo país de acogida. Pep Guardiola, Pepe Reina y Xabi Alonso se han convertido en unos alemanes de adopción de pura cepa. El primero, con algo más de experiencia, puesto que lleva en Munich desde el 2013, pudo ejercer de anfitrión en esta primera Oktoberfest de Alonso y los suyos. La familia Alonso acudió a esta fiesta tan típicamente alemana vestidos de pies a cabeza de bávaros, y de esta guisa festejaron junto a los nuevos compañeros de equipo de Xabi, el Bayern de Munich, una liga repleta de éxitos.
Guardiola, por su parte, acudió a esta feria de la cerveza acompañado por su mujer, Cristina Serra, que también iba con el traje típico, pero que prefirió dejar a los niños en casa; esos, que, según lo que cuenta el entrenador, tanto lo ayudan a la hora de crear estrategias de juego. Los hijos de Alonso, más pequeños que los de Guardiola, sí que acompañaron a sus padres, eso sí, faltó la benjamina de la familia, Emma, que cumplirá dentro de poco su primer año.
Este último trimestre en la vida de Xabi ha estado lleno de cambios radicales. Toda la familia se trasladó de la casa en la que vivían en uno de los barrios con más solera de Madrid a Munich; el deber llamaba y no había tiempo para pensar en qué dejaban atrás. El futbolista había sido fichado por uno de los equipos de más renombre del fútbol europeo, y debía apetecerle un cambio de equipación cuando no se lo pensó ni medio minuto.
Toda la familia Alonso estaba embarcada en su aventura más grande, una mudanza a un nuevo país y aprender un nuevo idioma que desconocían. Por los niños no habría problema, tomando a los hijos del exentrenador azul grana como ejemplo, los pequeños en pocos meses aprenderían un idioma más que los enriquecería el día de mañana. Además, no iban solos, tenían a unos muy buenos compañeros que ejercerían de perfectos anfitriones en la ciudad.
Al ya nombrado Pep Guardiola, hay que sumarle el nombre de otro español, Pepe Reina. El portero es otro de los deportistas españoles que ha internacionalizado su juego y con los que la familia Alonso Aramburu han podido hacer piña cuando sienten morriña.
Pero, de momento, la elección de cambio de equipo y de ciudad a esta familia no ha podido salirles mejor. Todos parecen encantados con esta oportunidad y afrontan, como dice Nagore, “con muchísima ilusión” esta nueva etapa. Y ya saben, si tienen un día tonto de esos en los que la melancolía no los deja vivir, siempre se pueden reunir en casa de alguno, de Pep, Xabi o Pepe, y ponerse tibios a jamón serrano. Que las penas, con pan, son menos penas.