El plató de ‘Supervivientes 2017’ recibió anoche a su primera expulsada. Lucía Pariente dejó todo el veneno en Honduras y la reservista se presentó ante la audiencia como una mujer 'casi' apocada. Quién la ha visto y quién la ve.
Aún con este cambio de actitud tan marcado, la madre de Alba Carrillo nos ha dejado un buen puñado de titulares que merecen ser destacados.
- “No tengo fuerzas. Mejor, rellena el silencio”. Ante Jorge se presentaba una mujer derrotada, casi sin sangre. Con mirada triste y a punto de quebrarse en cualquier momento. Le tocaba enfrentarse a la realidad, y a Pariente no tenía ánimos para ello.
- “Pensé que iba a estar más entera. Más equilibrada. Pensé que iba a sobrevivir”. Y no ha hecho ninguna de las tres cosas, es normal que su paso por el reality se le antoje decepcionante.
- “Al programa llevé el concepto cambiado. Llevaba el concepto de superviviente pero no el de convivencia”. La reservista aérea pensó que iba a una gymkana grande y no a un reality show donde las relaciones que se entretejen con los compañeros son fundamentales.
- “Necesito un líder para seguirle y para tratar de igualarle”. Esta madre considera que ese ha sido uno de los problemas de su estancia en el paraíso, que no ha tenido un gurú al que imitar.
- “No se expresar sentimientos favorables, solo se expresar sentimientos negativos. Me parecen debilidades y no los puedo mostrar”. Lucía, ahí está tu problema, no en la existencia o no de un líder al que seguir.
- “Ella me ve como un problema. Eso es lo cómodo. Es cómodo tener un culpable”. Así explica Pariente cómo ve su relación con su hija, con quien, reconoce, llega a tener una relación algo tóxica.
- “Gloria Camila no me resulta una persona agradable. Tiene una boca muy suelta”. Ella no quería hablar de la que, para ella, ha sido una de sus compañeras más conflictivas.
- “Yo riño con Alba, no la riño. Como madre y como hija entramos en una dinámica peligrosa”. Confesaba, pero también remarcaba que saben pedir perdón, aunque en ‘Supervivientes’ no lo han hecho porque no “se daban las condiciones”.
- “ (Sobre su marido) A estas alturas del partido se habla sin tener una conversación”, y argumentaba que ella espera escuchar todo lo que su marido tenga que decirle, y ella, poco a poco, contará cómo ha vivido el concurso.
- “Mi marido y yo no nos decimos te quiero. Lo hacemos con una taza de café”, como respuesta a que lo primero que pensaba decirle era que le preparase una.