Ágatha Ruiz de la Prada ha visitado el plató de Volverte a Ver para ser sorprendida por dos de las personas más importantes para ella, sus hijos Tristán y Cósima. La diseñadora ha hecho un repaso con Carlos Sobera de su vida personal y su brillante trayectoria profesional, cuya producción creativa se ha extendido a ámbitos muy diversos como la moda, la decoración, la papelería y los accesorios para mascotas, y aunque ha empezado diciendo que odia las sorpresas al final ha acabado emocionándose con el precioso gesto de sus hijos, que se han sentado juntos por primera vez en un plató de televisión.
Los hijos de Ágatha y Pedro J. Ramírez no son muy dados, tal y como ellos han reconocido, a hablar de sus sentimientos pero desde hace tiempo sentían la necesidad de hacerle saber a su madre lo mucho que la quieren, necesitan y admiran. "Estamos muy orgullosos de ella, tenemos mucha suerte de tenerla como madre", ha dicho.
Agatha y Pedro J. se casaban en 2016, tras treinta años juntos, para, de repente, separarse solo tres meses después. Un bombazo que, tal y como ha explicado en varias ocasiones, dejó a la diseñadora destrozada. Ahora es una mujer nueva y está dispuesta a todo, un nuevo empezar en el que sus hijos han tenido mucho que ver. Pero no solo para Ágatha supuso una fuerte sacudida su separación del periodista, Tristán y Cósima vivieron la separación de sus padres de un modo muy doloroso pero ahora que lo ven con perspectiva incluso agradecen lo ocurrido por la enseñanza que les ha dado. Ágatha no ha podido reprimir las lágrimas al escucharlos.
"Ves a tus padres como dioses y descubres que son personas reales, más humanos, que sufren y que cometen los mismos errores que todos", ha contado Tristán con brillo en los ojos. Cósima, su hermana, mucho más arrolladora, ha ido a más: "Se desmitifican un poco, pero ha sido una oportunidad muy buena, aunque hemos tenido movidas y momentos... Pero hemos acabado siendo mucho más amigos de nuestros padres".