Ivonne Reyes se quedó ayer muerta, inmóvil como una pintura egipcia, al oír a Jordi González pronunciar el nombre de su amado Sergio, como nuevo expulsado de la casa VIP. Un torbellino de emociones se arremolinaban en la boca de su estómago. Por un lado, había salvado el cuello gracias al público. Pero también la audiencia la castigaba separándolo del hombre maravilloso que había encontrado en el concurso y sin esperarlo.
¿Cómo va a ser su vida dentro de la casa sin las caricias, los besos y las confidencias que compartía con Sergio? Parece que los nubarrones se colocan sobre su cabeza y a Ivonne le toca encarar su semana más dura.
Ya sabemos lo que vende en un reality de estas características un romance. ¿Qué tiene para ofrecer más la actriz en lo que queda de concurso? Siendo objetivos, el paso de la venezolana por 'GH VIP' estaba siendo bastante discreto y la tensión sexual con el concejal le estaba dando oxígeno a su función. Ivonne no se lleva especialmente mal con nadie, no es una inquilina rabiosamente carismática ni que genere polémica. Y la historia morbosa que le espera fuera de la Casa con las fauces preparadas para darle una dentellada, tira de ella poderosamente y casi le asegura el billete de salida del programa.
Reyes comparte semana de nominación con Elettra, Alyson, Daniela e Irma y desde las redes sociales piden su cabeza. ¿Las razones? A la audiencia no le ha colado demasiado lo que siente por Sergio Ayala, como también piensan algunos de sus compañeros, como Elettra. A las acusaciones de "falsa", se añaden las que la consideran un "mueble" dentro de la casa, por no estar dando tanto juego como otros de sus compañeros. Además, escuchar de una vez por todas su defensa ante los movimientos que está haciendo Pepe Navarro por demostrar que su hijo Alejandro no es hijo biológico suyo, la colocan más fuera que dentro del concurso. Porque, sí, tenemos ganas ya de ver cómo se sigue desarrollando este conflicto en igualdad de condiciones y ver si se resuelve.
A Ivonne solo le queda ser fuerte y cambiar su estrategia. Dejar atrás el dolor de la separación de Sergio, secarse las lágrimas e intentar poner patas arriba la casa de Guadalix si quiere optar al maletín. Pero, ¿es ya demasiado tarde para ella?