¡Hellowis, bebés! Hoy estamos a little desolados. Nuestro beloved Ales Gibaja ha sido expulsado de GH VIP. Abandonamos el estilo de Gibaja, pero la tristeza es la misma. La audiencia ha querido que el defendido de Steisy abandone la casa de Guadalix, prefiriendo mantener a Alejandro Abad, que aporta menos actitud rosa, pero bastante más mala baba, y eso, al final, suma en esta clase de programas.
Aless se tomó su derrota con una actitud deportiva, y eso que todavía no sabía que este domingo empieza la repesca. El madrileño con acento mexicano lamentaba sus disputas y las palabras fuera de tono que ha tenido con las ‘personitas’ con las que más ha chocado. Su actitud pacifista chocaba de manera frontal con el belicismo hecho persona (aunque ella piense que es Gandhi), Aída Nízar. La vallisoletana estalló en júbilo cuando Jordi González pronunció el nombre del influencer, quien, según ella, le ha hecho la vida imposible en Gran Hermano. Para la ‘coach emocional’ él fue el encargado de malmeter entre sus compañeros contra ella.
No contaba la de ascendencia árabe con el padre de Gibaja, un señor que deja los unicornios a su hijo, mientras él lucha como una pantera. ¡Y vaya si ayer dio zarpazos!. Nuestro preferido fue cuando, al hilo del comentario de su descendiente de que Nízar debería estar la López Ibor (centro especializado en salud mental), aseguró que la hija de Mª Ángeles no necesitaba esa clase de terapia, sino más bien “necesita un exorcismo”.
Como si estuviéramos en la saga de Harry Potter, el padre de Aless se refería a la archienemiga de su hijo como “ser oscuro”. “Hay otras personas que no se atreven a ponerse un traje de unicornio y se viste de chapero”, esto, al parecer, iba destinado a Toño Sanchís, pero no le quedó claro ni al representante, ni a nosotros. El señor Gibaja defiende muy bien a su hijo, pero sintetizar no es lo suyo.
La acción de la noche no solo residió en el plató, también el foco de atención recayó en la casa con las llamadas de los familiares a los concursantes. Siempre es un momento especialmente emotivo (o tenso, según se mire) y teníamos especiales ganas de escuchar qué tenía que decirle Aylén Milla a su novio, Marco Ferri. La argentina no se dejó nada en el tintero, a pesar de tranquilizarle asegurándole que sus sentimientos no habían cambiado, le dijo claramente que su comportamiento con Alyson no le había gustado, algo que le dejó hecho polvo y lamentándose que se hubiera malinterpretado su amistad con la americana. Ha terminado la llamada con una advertencia “a veces, cuando lastimas algo ya no hay marcha atrás”. Glups. Marco tiene mucho sobre lo que reflexionar.