Ha sido un largo viaje desde Bilbao. Quizás el más largo, después de la polémica que acabó salpicando el fin de semana idílico que Jessica Bueno había organizado con motivo de la comunión del hijo que tiene en común con Kiko Rivera. El lunes estallaba en redes sociales después del reproche entre lágrimas de Anabel Pantoja por no haber recibido invitación al haber sido nombrada ocho años antes la madrina del pequeño. "He estado allí con ellas aceptando algo que no veía justo", intervenía Kiko Rivera en 'Sálvame' para tranquilizar a su prima y hablar del acuerdo con Jessica Bueno sobre la comunión de su hijo mayor, que se tradujo en la asistencia de él, Irene Rosales y sus hijas, por parte de la rama paterna.
“Qué pena de verdad que algo que se ha hecho con la mayor buena intención, aún sabiendo que se convertiría en circo cuando huyo de esto siempre, al final se use para decir mentiras”, era la respuesta en redes de la modelo tras lo ocurrido. Jessica Bueno, más tranquila, pero con el cansancio reflejado en su rostro, ha llegado a Sevilla acompañada de sus hijos y de su marido, Jota Peleteiro. Las emociones vividas durante el fin de semana y el disgusto posterior le han pasado factura. Sin contar el largo trayecto en coche, que le han acabado de quitar las ganas de hablar que sí había mostrado en sus 'stories' de Instagram.
El motivo de su viaje parece estar relacionado con el inminente nacimiento de su tercer hijo, que llevará el nombre de Alejandro. Jessica Bueno, que optaba por una cómoda túnica rosa, elevando su look con un tote de Gucci de 1.100 euros, se encuentra en la recta final de su embarazo y habría decidido instalarse en su lujosa casa de Los Molares, cuyos rincones ya hemos recorrido en Lecturas. Allí encuentra la paz y la tranquilidad que ahora necesita más que nunca hasta poder verle la carita ya a su bebé.