La vida de Sara Sálamo e Isco Alarcón acaba de cambiar radicalmente. El de Benalmádena acaba de convertirse en jugador oficial de Sevilla F.C: "El jugador malagueño ha llegado ya a Sevilla para pasar este lunes las pruebas médicas y firmar su contrato por dos temporadas", se puede leer en el comunicado que ha emitido el equipo. El futbolista acaba de poner fin a 9 temporadas vistiendo la camiseta del Real Madrid. El centrocampista y, también, internacional con España, ha acumulado un palmarés repleto de títulos: 5 Champions League, 4 Mundiales de Clubes, 3 Supercopas de Europa, 3 Ligas, 3 Supercopas de España y 1 Copa del Rey... Pero ahora, es momento de seguir conquistando premios lejos de la capital tras nueve años residiendo allí.
Su inminente marcha a Sevilla ha provocado que Sara Sálamo haga también las maletas. La actriz se encuentra volcada en la crianza de Theo y Piero, sus dos hijos en común con Isco Alarcón. Además de sus pequeños, su familia perruna también ha pasado a ser una parte fundamental de su día a día: Miel, Coco, Drama, Terra y Abril, sus mascotas, se mudarán juntos a ellos.
Sara Sálamo e Isco Alarcón están preparando su nueva vida en Sevilla. La actriz y el deportista están a punto de emprender una nueva aventura en la capital de Andalucía y la joven piensa apoyar a su pareja decida lo que decida, a pesar que ha sido muy cuestionada en multitud de ocasiones y se haya tenido que defender de las críticas de manera constante después de haber sido injustamente criticada por el "bajo rendimiento" del futbolista con el Real Madrid en algunos encuentros.
Sara Sálamo encara esta nueva rutina con felicidad y centrada en sus proyectos profesionales. Sus apariciones en televisión no han dejado de suceder en las últimas semanas y en 'La Noche D', programa que presentaba Dani Rovira, se abrió en canal sobre la depresión posparto. Además, habló sobre la endometriosis, el problema de salud por el que pensaba que no podía tener hijos: "He tenido suerte. Se sabe muy poco de la enfermedad y se habla muy poco. Sobre todo en España. Y no lo entiendo. Quizá por puritanismo, porque cuando algo tiene que ver con el órgano reproductor no se quiere hablar, como si diera vergüenza".