Alba Díaz afronta este otoño una nueva e importante fase vital. La hija de Vicky Martín Berrocal y Manuel Díaz 'El Cordobés' ha tomado la que posiblemente es la decisión de mayor calado de su vida y que marca, metafóricamente hablando, la auténtica entrada a la etapa adulta. Estos días ha puesto rumbo a París, su nueva ciudad de residencia y donde empezará a dibujar su futuro. Alba quiere hacer de su pasión por la Moda su profesión y qué mejor lugar para estudiar esta disciplina que en la capital francesa, aunque ella se quiera especializar en la rama de Comunicación y Empresa.
Todo su círculo cercano mostraba su satisfacción ante la noticia de esta gran aventura en la que se iba a embarcar la joven 'influencer'. Sin embargo, un paso tan importante como mudarse no solo de ciudad sino de país, siempre implica una despedida (o, un 'hasta luego'), y estas suelen llevar implícitas una punzada de tristeza. Alba ha estado cursando en el elitista 'The College for International Studies' de Madrid el primer año de Business & Communication, pero ha decidido continuar en París.
Su madre Vicky le dedicaba unas apasionadas palabras llenas de orgullo, y en la que había implícita una promesa que no ha tardado en hacer realidad. La exitosa diseñadora ha dejado claro en numerosas ocasiones que es una mujer que lo vive todo intensamente. Así, escribía hace unos días: “Hoy empieza una nueva etapa en tu vida, pero no olvides nunca que yo no te suelto de la mano. Te quiero, Alba. París te espera… Au revoir mon amour”.
Lo que parecía un promesa simbólicas y una despedida a la francesa, se han convertido en una situación totalmente real y en un 'hasta luego', pues Martín Berrocal también se ha plantado en París con su hija.
Así es. Alba ya se encuentra recorriendo los lugares más emblemáticos de la Ciudad de la Luz, que también serán los más familiares en los próximos meses. Sin embargo, no ha viajado sola, pues la ha acompañado la diseñadora. Lo de que "nunca le suelta la mano" iba totalmente en serio. Pero sin duda, es un aspecto que la hija del torero agradece, pues los primeros pasos en una nueva experiencia siempre dan vértigo.