Pablo López está atravesando el que es, posiblemente, el mejor momento de su carrera profesional. Hace poco que ha lanzado su tercer álbum 'Camino, fuego y libertad' y ya es disco de platino. Pero el cantante ha vivido tiempos peores. Así se lo contó el pasado domingo a Toñi Moreno en su visita a 'Viva la vida'.
Hace unos años decidió montar un bar junto a su hermano Luis, pero su proyecto no fue como esperaba. "De lo bien que lo pasamos, se convirtió en una catástrofe. Nos cortaron la luz, el agua... Ahora me río, pero estábamos llorando de verdad. Teníamos una deuda tremenda, pero yo creo que fue el máster más barato que he pagado en mi vida, porque ese día me di cuenta: 'Yo creo que todo este esfuerzo que estás haciendo por salvar algo que realmente no va contigo, quizá, si lo haces en canciones, lo mismo pasa algo'", reconoció.
El extriunfito ha visto como su vida daba un giro radical en muy poco tiempo. "No me quiero bajar nunca de esta nube, pero el revolcón en cinco años... de prácticamente no tener para tomarme un café, de una situación en la que solo podía pensar en cómo sobrevivir, a verme haciendo cosas que ni podía soñar..." y es que Pablo es la prueba viviente de que hay que luchar por cumplir tus sueños.
Para Pablo el éxito de sus dos discos anteriores fue totalmente inesperado pero el del tercero está siendo incluso mucho mayor. "Me da la impresión que estos cinco años han sido 43, pero yo nada más que tengo que dar gracias a la vida por lo que he vivido y por lo que me queda, porque me estoy riendo mucho a carcajadas, y esa es la salud más grande que puede tener una persona".
Gran parte de la culpa de este gran momento que está viviendo el malagueño lo tiene su canción 'El Patio', que llegó por casualidad mientras ya se encontraba grabando el disco. "Estaba solo en un sitio donde históricamente habían pasado cosas maravillosas, un estudio muy conocido de Estados Unidos, y yo creo que algún fantasma que había por ahí se me metió dentro, me dio un cogotazo y me hizo componerla".