Véronique Fernández, la prioridad de Zinedine Zidane

Tras dimitir de su cargo en el Real Madrid, el exentrenador quiere volcarse en su mujer y sus cuatro hijos

Zinedine Zidane ha decidido decir adiós al Real Madrid y su decisión ha pillado a todo el mundo por sorpresa. Pero aunque nadie lo esperaba, el entrenador ha decidido que necesita un cambio en su vida tras sus tres años como entrenador, en los que ha el equipo ha ganado tres Copas de Europa. Su futuro profesional todavía está por ver, pero lo que está claro es que ahora Zidane podrá disfrutar como nunca de la compañía de su familia, algo primordial para él. Y es que su mujer, Véronique Lentisco-Fernández, y sus cuatro hijos (Enzo, Luca, Théo y Élyaz), son una parte muy importante de su vida.

A su mujer Verónique le unen casi 30 años de amor que viven como si fuera el primero. La pareja se conoció en una discoteca en el 1989, cuando él tenía 17 añitos y ella 19. Ya entonces se fijaron el uno en el otro, como contó una prima de Verónique en el 2001: "Nada más verla, él dijo que tenía delante al amor de su vida. Y así hasta hoy", aseguraba entonces. En el 1994 la pareja contrajo matrimonio en una ceremonia civil en Burdeos y, desde entonces, siguen disfrutando de su amor como dos tortolitos.

De entre todas las cosas que unen a Zidane y Verónique, una destaca por encima del resto: su pasado familiar de lucha y superación. Ambos son hijos de inmigrantes que se marcharon de su país natal buscando una vida mejor. Los padres de Zidane abandonaron su Argelia natal a comienzos de los años 50, antes de la guerra, y por ello el exentrenador y sus hermanos ya nacieron en el barrio francés de La Castellane de Marsella. Los padres de Verónique, por su parte, se marcharon huyendo del hambre del municipio de Lubrín, Almería, en los años 60 y también fijaron su destino en Francia.

Allí fue donde se conocieron Zidane y Verónique, una pareja muy normal que ahora podrá disfrutar más que nunca de la vida familiar que tanto les gusta. Tal y como explicaba un vecino de ambos, según cuenta, 'La Otra Crónica', Verónique: "Se levanta a las siete de la mañana, lleva a sus hijos a la escuela o al entrenamiento, luego se va al gimnasio, a hacer algún recado... Los Zidane siempre han preferido las comidas familiares a los restaurantes, donde les interrumpen a menudo. Son, si me permites, gente muy normal".